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Juan 20:27 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

27 Luego le dijo a Tomás: ―Pon tu dedo aquí y mira mis manos. Acerca tu mano y métela en mi costado. Y no seas incrédulo, sino hombre de fe.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

27 Luego dijo a Tomás: Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano, y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

27 Entonces le dijo a Tomás: —Pon tu dedo aquí y mira mis manos; mete tu mano en la herida de mi costado. Ya no seas incrédulo. ¡Cree!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

27 Después dijo a Tomás: 'Pon aquí tu dedo y mira mis manos; extiende tu mano y métela en mi costado. Deja de negar y cree.

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La Biblia Textual 3a Edicion

27 Luego dice a Tomás: Trae acá tu dedo y mira mis manos, y acerca tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

27 Luego dice a Tomás: 'Trae aquí tu dedo y mira mis manos, trae tu mano y métela en mi costado. Y no seas incrédulo, sino creyente'.

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Juan 20:27
13 Referencias Cruzadas  

―¡Ah, gente incrédula y malvada! —respondió Jesús—. ¿Hasta cuándo tendré que estar con ustedes? ¿Hasta cuándo tendré que soportarlos? Tráiganme acá al muchacho.


―¡Ah, gente incrédula! —respondió Jesús—. ¿Hasta cuándo tendré que estar con ustedes? ¿Hasta cuándo tendré que soportarlos? Tráiganme al muchacho.


Miren mis manos y mis pies. ¡Soy yo mismo! Tóquenme y vean; un espíritu no tiene carne ni huesos, como ven que los tengo yo.


Dicho esto, les mostró las manos y los pies.


―¡Ah, gente incrédula y malvada! —respondió Jesús—. ¿Hasta cuándo tendré que estar con ustedes y soportarlos? Trae acá a tu hijo.


Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Al ver al Señor, los discípulos se alegraron.


así que los otros discípulos le dijeron: ―¡Hemos visto al Señor! Tomás les respondió: ―Si no veo la marca de los clavos en sus manos, meto mi dedo en las marcas y mi mano en su costado, no lo creeré.


―¡Señor mío y Dios mío! —dijo Tomás.


En lo que respecta a la Ley, esta solo hizo que aumentara el pecado. Pero, allí donde abundó el pecado, el amor de Dios fue más abundante.


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