Biblia Todo Logo
La Biblia Online
- Anuncios -





Juan 17:3 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

3 Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien tú has enviado.

Ver Capítulo Copiar


Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

3 Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Y la manera de tener vida eterna es conocerte a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien tú enviaste a la tierra.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Y ésta es la vida eterna: conocerte a ti, único Dios verdadero, y al que tú has enviado, Jesús, el Cristo.

Ver Capítulo Copiar

La Biblia Textual 3a Edicion

3 Y ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesús el Mesías, a quien enviaste.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Pues ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y al que enviaste, Jesucristo.

Ver Capítulo Copiar




Juan 17:3
52 Referencias Cruzadas  

―El que recibe en mi nombre a un niño como este me recibe a mí. Y el que me recibe a mí no solo me recibe a mí, sino al que me envió.


―El que recibe en mi nombre a este niño —les dijo—, me recibe a mí. Y el que me recibe a mí recibe al que me envió. El que es menos importante entre todos ustedes, ese es el más importante.


Entonces, ¿por qué me acusan de ofender a mi Padre, quien me apartó para enviarme al mundo? ¿Tan solo porque dije: “Yo soy el Hijo de Dios”?


Ya sabía yo que siempre me escuchas. Pero lo dije por la gente que está aquí presente, para que crean que tú me enviaste.


Pero el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, les enseñará todas las cosas. Y les hará recordar todo lo que les he dicho.


Como tú me enviaste al mundo, yo los envío también al mundo.


para que todos sean uno. Padre, así como tú estás en mí y yo en ti, permite que ellos también estén en nosotros. Así el mundo creerá que tú me has enviado.


Yo estoy en ellos y tú estás en mí. Permite que alcancen la perfección en la unidad. De esta manera el mundo reconocerá que tú me enviaste. Además, sabrán que los has amado a ellos tal como me has amado a mí.


»Padre justo, aunque el mundo no te conoce, yo sí te conozco, y estos reconocen que tú me enviaste.


Les he entregado las palabras que me diste, y ellos las aceptaron. Saben con certeza que salí de ti y han creído que tú me enviaste.


Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él.


El enviado de Dios comunica el mensaje de Dios, pues él mismo le da su Espíritu sin medida.


¡Cómo van ustedes a creerme, si lo que les gusta es rendirse honor unos a otros! Ustedes no buscan la gloria que viene del Dios único.


Así como me envió el Padre viviente, y yo vivo por el Padre, también el que come de mí vivirá por mí.


pero yo sí lo conozco porque vengo de parte suya. Es él quien me ha enviado.


Ellos le preguntaron: ―¿Dónde está tu padre? Jesús les respondió: ―Ustedes no me conocen a mí ni a mi Padre. Si me conocieran, también conocerían a mi Padre.


Corrijan su manera de pensar y dejen de pecar. Algunos de ustedes no conocen a Dios en verdad —para que sientan vergüenza lo digo—.


Por lo tanto, en cuanto a comer lo sacrificado a los ídolos, sabemos que un ídolo no es absolutamente nada y que hay un solo Dios.


Pues Dios, que ordenó: «¡Que la luz brille en la oscuridad!», hizo brillar su luz en nuestra mente para que viéramos con claridad la gloria de Dios que brilla en el rostro de Jesucristo.


Lo que quiero es conocer a Cristo, sentir en mí el poder con el que Dios lo resucitó. Quiero sufrir como él sufrió y morir como él murió.


Cuando comparo todo con el inmenso valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor, me doy cuenta de que nada tiene importancia. Por él lo he dejado todo, y lo considero basura, pues todo cuanto quiero es a Cristo.


Ellos mismos hablan de lo bien que ustedes nos recibieron y de cómo dejaron de adorar a los ídolos para servir al Dios vivo y verdadero.


Regresará para castigar a los que no aceptan a Dios ni obedecen el mensaje de la buena noticia de nuestro Señor Jesús.


Hermanos en la fe, Dios los ha llamado a ustedes para que formen parte de su pueblo santo. Por eso, pongan su atención en Jesús, a quien reconocemos como apóstol y sumo sacerdote.


Le pido a Dios que les permita disfrutar de su inmerecido amor y que les dé mucha paz. Disfrutarán de ese amor y esa paz por medio del conocimiento de Dios y de Jesús, nuestro Señor.


Dios, por su poder, nos ha dado todas las cosas que necesitamos para vivir como él manda. Todo esto lo recibimos cuando Dios nos permitió conocer a Cristo, quien nos llamó a disfrutar de su gloria y perfección.


Si se esfuerzan en vivir así, crecerán en el conocimiento de nuestro Señor Jesucristo. Así vivirán de manera útil, haciendo el bien.


Les estamos hablando de Jesucristo, quien se nos reveló como la vida misma. Nosotros no solo lo hemos visto, sino que a todos les hemos hablado de esa vida eterna que él nos da. Él estaba con el Padre, pero vino a este mundo y pudimos conocerlo.


Así que, lo que les anunciamos es algo que hemos visto y oído. Lo hacemos para que ustedes tengan una relación de amistad con nosotros, del mismo modo que nosotros tenemos una relación de amigos con el Padre y con su Hijo Jesucristo.


Todo el que rechaza al Hijo rechaza también al Padre; el que acepta al Hijo también acepta al Padre.


Nosotros pertenecemos a Dios, y todo el que conoce a Dios nos escucha. Pero el que no conoce a Dios no nos escucha. Así sabemos quién habla con el espíritu de la verdad y quién con el espíritu del engaño.


Sabemos que el Hijo de Dios ha venido y nos ha dado entendimiento para que conozcamos al Dios verdadero. Y nosotros somos amigos de su Hijo Jesucristo, quien es el Dios verdadero y nos da vida eterna.


Síguenos en:

Anuncios


Anuncios


¡Síguenos en WhatsApp! Síguenos