Biblia Todo Logo
La Biblia Online
- Anuncios -





Juan 17:22 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

22 Yo les he dado la gloria que me diste, para que sean uno, así como nosotros somos uno.

Ver Capítulo Copiar


Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

22 La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Nueva Traducción Viviente

22 »Les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno, como nosotros somos uno.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Católica (Latinoamericana)

22 Yo les he dado la Gloria que tú me diste, para que sean uno como nosotros somos uno:

Ver Capítulo Copiar

La Biblia Textual 3a Edicion

22 Y Yo les he dado la gloria que me has dado, para que sean uno como Nosotros somos uno.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Serafín de Ausejo 1975

22 La gloria que me has dado yo se la he dado a ellos, para que sean uno, como nosotros somos uno.

Ver Capítulo Copiar




Juan 17:22
23 Referencias Cruzadas  

Reunió a los doce y comenzó a enviarlos de dos en dos, dándoles poder sobre los espíritus malignos.


Quiero que coman y beban a mi mesa en mi reino y se sienten en tronos para juzgar a las doce tribus de Israel.


Y el Verbo se hizo hombre y habitó entre nosotros. Hemos visto su gloria, la gloria del Hijo único del Padre. Y estaba lleno de amor y de verdad.


De su abundancia todos hemos recibido grandes bondades.


En aquel día ustedes sabrán que yo estoy en mi Padre, y ustedes en mí, y yo en ustedes.


»Padre, quiero que los que me has dado estén conmigo donde yo estoy. Que vean la gloria que me diste porque me has amado desde antes de la creación del mundo.


Así pues, los apóstoles salieron del tribunal. Estaban llenos de gozo por haber sido considerados dignos de sufrir insultos por causa del nombre de Jesús.


A los que eligió, también los llamó. A los que llamó, también los declaró justos. A los que declaró justos, también les compartió su gloria.


Así que a todos nosotros nos han quitado la barrera y hemos entendido. Por eso nuestro rostro es como un espejo que refleja la gloria del Señor. Pues el Señor y el Espíritu son uno mismo, y nos van cambiando cada vez más. De ese modo, cada vez nos parecemos más y más al Señor y reflejamos más de su gloria.


Así que somos representantes de Cristo. Como si Dios les llamara la atención a ustedes por medio de nosotros. Por eso les rogamos, en nombre de Cristo, que se reconcilien con Dios.


Nosotros, ayudantes de Dios, les rogamos que sepan apreciar su inmerecido amor.


Ahora todos somos como una sola casa, que Dios ha construido sobre un sólido fundamento. Y ese fundamento es todo lo que los apóstoles y los profetas nos han enseñado. Pero la piedra más importante de ese fundamento es Cristo Jesús.


Pues a ustedes Dios les ha dado no solo el privilegio de creer en Cristo, sino también de sufrir por él.


Ahora, aunque sufro por ustedes, me alegro. Pues así voy completando en mí mismo lo que falta de los sufrimientos de Cristo por su iglesia, que es su cuerpo.


Así que, lo que les anunciamos es algo que hemos visto y oído. Lo hacemos para que ustedes tengan una relación de amistad con nosotros, del mismo modo que nosotros tenemos una relación de amigos con el Padre y con su Hijo Jesucristo.


El que obedece sus mandamientos es amigo de Dios, y Dios es amigo de él. ¿Cómo sabemos que él es nuestro amigo? Por el Espíritu que nos dio.


Ese amor llega a su perfección cuando vivimos en este mundo tal como vivió Jesús. Por eso, en el día del juicio podremos presentarnos con toda confianza.


La muralla de la ciudad tenía doce cimientos. En estos estaban los nombres de los doce apóstoles del Cordero.


Síguenos en:

Anuncios


Anuncios


¡Síguenos en WhatsApp! Síguenos