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Juan 15:6 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

6 El que no permanece en mí es desechado y se seca. Luego, esas ramas se recogen, se arrojan al fuego y se queman.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

6 El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

6 El que no permanece en mí es desechado como rama inútil y se seca. Todas esas ramas se juntan en un montón para quemarlas en el fuego.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

6 Al que no permanece en mí lo tiran y se seca; como a las ramas, que las amontonan, se echan al fuego y se queman.

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 A no ser que alguien permanezca en mí, es echado fuera como el pámpano sin fruto,° que se seca. Y los recogen y los echan al fuego, y arden.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 El que no permanece unido a mí es arrojado fuera, como el sarmiento, y se seca; los recogen y echan al fuego y se queman.

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Juan 15:6
20 Referencias Cruzadas  

El Hijo del hombre enviará a sus ángeles, y arrancarán de su reino a todos los malvados y los que hacen que otros también practiquen la maldad.


Entonces Judas arrojó el dinero en el santuario y salió de allí. Luego fue y se ahorcó.


El hacha ya está puesta en la base de los árboles. Todo árbol que no produzca buen fruto será cortado y echado al fuego.


Todo árbol que no da buen fruto se corta y se arroja al fuego.


Toda rama que en mí no da fruto, la corta. Pero toda rama que da fruto la poda, para que dé más fruto todavía.


Solo nos queda una terrible espera de juicio. Es decir, el fuego ardiente que ha de devorar a los adversarios de Dios.


En efecto, los que han conocido a nuestro Señor y Salvador Jesucristo han escapado de la maldad del mundo. Pero, si vuelven a practicar la maldad y se dejan controlar por ella, terminarán en peores condiciones que al principio.


Aunque esos enemigos salieron de entre nosotros, en realidad no eran de los nuestros; si lo hubieran sido, se habrían quedado con nosotros. Su salida sirvió para comprobar que ninguno de ellos era de los nuestros.


Todo aquel cuyo nombre no estaba escrito en el libro de la vida era echado al lago de fuego.


Pero te diré quienes recibirán como premio el castigo del lago de fuego y azufre: los cobardes, los que no creen, los detestables; los asesinos, los que tienen relaciones sexuales prohibidas, los que practican la brujería; los que adoran dioses falsos y todos los mentirosos. Esta es la segunda muerte».


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