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Hechos 9:13 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

13 Entonces Ananías respondió: ―Señor, he oído decir que ese hombre ha causado mucho daño a los que creen en ti en Jerusalén.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

13 Entonces Ananías respondió: Señor, he oído de muchos acerca de este hombre, cuántos males ha hecho a tus santos en Jerusalén;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

13 —¡Pero Señor! —exclamó Ananías—. ¡He oído a mucha gente hablar de las cosas terribles que ese hombre les ha hecho a los creyentes de Jerusalén!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

13 Ananías le respondió: 'Señor, he oído a muchos hablar del daño que este hombre ha causado a tus santos en Jerusalén.

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La Biblia Textual 3a Edicion

13 Ananías respondió: Señor, he oído° de muchos acerca de este hombre, cuántos males ha hecho° a tus santos en Jerusalem.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

13 Respondió Ananías: 'Señor, tengo oído de muchos cuántos males ha causado a tus fieles este hombre en Jerusalén.

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Hechos 9:13
31 Referencias Cruzadas  

»Los envío como ovejas en medio de lobos. Por tanto, sean astutos como serpientes y sencillos como palomas.


Perseguí a muerte a los que aceptaban este mensaje de Jesús. Los arrestaba y los echaba en la cárcel, tanto a hombres como a mujeres por igual.


Saulo, por su parte, causaba problemas a la iglesia. Iba de casa en casa, arrastraba fuera a hombres y mujeres, y los metía en la cárcel.


Mientras tanto, Saulo se presentó al sumo sacerdote. Amenazaba con matar a los discípulos del Señor.


Todos los que le oían quedaban asombrados y preguntaban: «¿No es este el que en Jerusalén perseguía a muerte a los que invocan ese nombre? ¿Y no ha venido aquí para llevárselos presos y entregarlos a los jefes de los sacerdotes?».


Pedro, que estaba recorriendo toda la región, fue también a visitar a los creyentes que vivían en Lida.


Él, tomándola de la mano, la levantó. Luego llamó a los creyentes y a las viudas, a quienes la presentó viva.


Les escribo a todos ustedes, que están en Roma, a quienes Dios ama y ha llamado a ser parte de su pueblo santo. Que Dios nuestro Padre y el Señor Jesucristo les permitan gozar de su inmerecido amor y de su paz.


Pídanle que me libre de caer en manos de los incrédulos que están en Judea, y que los creyentes de Jerusalén reciban bien la ayuda que les llevo.


Saluden a Filólogo, a Julia, a Nereo y a su hermana, a Olimpas y a todos los hermanos en la fe que están con ellos.


Les pido que la reciban bien porque es nuestro deber cristiano, y así tiene que hacerse entre hermanos en la fe. Préstenle toda la ayuda que necesite, porque ella ha ayudado a muchas personas, entre las que me cuento yo.


Esta carta va dirigida a ustedes, que son la iglesia de Dios en Corinto. Ustedes han sido elegidos por Dios por medio de Cristo Jesús, para ser miembros de su santo pueblo. Y ese privilegio lo comparten con todos los que oran a nuestro Señor Jesucristo en todo lugar. Él es Señor de todos nosotros.


Pues Dios no es un Dios de desorden, sino de paz. Como es costumbre en nuestras iglesias,


En cuanto al dinero que se recolecta para ayudar a los creyentes, sigan las instrucciones que di a las iglesias de Galacia.


Digo esto para que les dé vergüenza. ¿Acaso no hay entre ustedes nadie lo bastante sabio como para juzgar un pleito entre creyentes?


Los saluda Pablo. Soy apóstol de Cristo Jesús porque Dios así lo quiso. Esta carta va dirigida a los creyentes que están en Éfeso y que siguen confiando en Cristo Jesús.


Los saludan Pablo y Timoteo, servidores de Cristo Jesús. Esta carta va dirigida a todos los creyentes en Cristo Jesús que están en Filipos, junto con los líderes y diáconos.


Saludos de parte de todos los creyentes, especialmente los que trabajan al servicio del césar de Roma.


Esta carta va dirigida a los creyentes y fieles hermanos en Cristo que están en Colosas. Le pido a Dios nuestro Padre que les permita gozar de su inmerecido amor y les dé paz.


Saluden a todos sus dirigentes y a todos los creyentes. Los de Italia les mandan saludos.


Queridos hermanos en la fe, mucho he deseado escribirles acerca de la salvación que ustedes y yo compartimos. Pero ahora siento la necesidad de escribirles acerca de otro asunto: para rogarles que luchen fuertemente por defender todo en lo que hemos creído. Porque esa enseñanza fue entregada para siempre a los creyentes.


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