Biblia Todo Logo
La Biblia Online
- Anuncios -





Hechos 3:6 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

6 ―No tengo plata ni oro —le dijo Pedro—, pero lo que tengo te doy. En el nombre de Jesucristo de Nazaret, ¡levántate y camina!

Ver Capítulo Copiar


Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

6 Mas Pedro dijo: No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy; en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Nueva Traducción Viviente

6 pero Pedro le dijo: «Yo no tengo plata ni oro para ti, pero te daré lo que tengo. En el nombre de Jesucristo de Nazaret, ¡levántate y camina!».

Ver Capítulo Copiar

Biblia Católica (Latinoamericana)

6 Pero Pedro le dijo: 'No tengo oro ni plata, pero te doy lo que tengo: En nombre del Mesías Jesús, el Nazareno, camina.

Ver Capítulo Copiar

La Biblia Textual 3a Edicion

6 Pedro dijo: No tengo plata ni oro; pero lo que tengo te doy: En el nombre de Jesús de Nazaret, el Mesías, ¡anda!°

Ver Capítulo Copiar

Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 Pedro le dijo: 'Ni plata ni oro tengo; pero lo que tengo, eso te doy: en el nombre de Jesucristo de Nazaret, anda'.

Ver Capítulo Copiar




Hechos 3:6
22 Referencias Cruzadas  

No lleven oro ni plata ni cobre en el cinturón.


Muchos me dirán en aquel día: “Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios e hicimos muchos milagros?”.


Ella hizo lo que pudo. Ungió mi cuerpo de antemano, preparándolo para mi entierro.


Estas señales acompañarán a los que crean: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán en nuevas lenguas.


Pilato mandó que se pusiera sobre la cruz un letrero en el que estuviera escrito: «Jesús de Nazaret, Rey de los judíos».


Me refiero a Jesús de Nazaret. Dios lo llenó de poder y del Espíritu Santo. Él anduvo haciendo el bien y sanando a los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.


Así continuó durante muchos días. Por fin Pablo se molestó tanto que se volvió y le dijo al espíritu: ―¡En el nombre de Jesucristo, te ordeno que salgas de ella! Y en aquel mismo momento el espíritu la dejó.


»Israelitas, escuchen esto: Jesús de Nazaret fue un hombre aprobado por Dios ante ustedes con milagros, señales y maravillas. Todo esto lo hizo Dios entre ustedes por medio de él, como bien lo saben.


»Por tanto, sépalo bien todo Israel que a este Jesús, a quien ustedes crucificaron, Dios lo ha hecho Señor y Cristo».


Por la fe en el nombre de Jesús, él ha sanado a este hombre a quien ustedes ven y conocen. Esta fe que viene por medio de Jesús lo ha sanado por completo, como les consta a ustedes.


El hombre fijó en ellos la mirada, esperando recibir algo.


Y, tomándolo por la mano derecha, lo levantó. Al instante los pies y los tobillos del hombre cobraron fuerza.


Pues escuchen esto, todos ustedes y todo el pueblo de Israel: Este hombre está aquí delante de ustedes sano, gracias al nombre de Jesucristo de Nazaret. Ustedes lo crucificaron, pero Dios lo ha resucitado.


Hicieron que Pedro y Juan se presentaran ante ellos y comenzaron a interrogarlos: ―¿Con qué poder, o en nombre de quién, hicieron ustedes esto?


«Eneas —le dijo Pedro—, Jesucristo te sana. Levántate y tiende tu cama». Y al instante se levantó.


Hasta el momento pasamos hambre, tenemos sed, nos falta ropa, se nos maltrata, no tenemos una casa propia.


En ocasiones estamos como tristes, pero siempre estamos contentos. Somos pobres, pero a muchos les compartimos nuestra riqueza. No tenemos nada, pero a la vez lo tenemos todo.


Pues, si uno lo hace de buena voluntad, lo que da es bien recibido. Pues lo que importa es dar según lo que se tiene, y no según lo que no se tiene.


Ya conocen el gran amor que les tiene nuestro Señor Jesucristo. No lo merecían, pero él, aunque era rico, se hizo pobre para ayudarlos. Lo hizo para que, por medio de su pobreza, ustedes llegaran a ser ricos.


Escuchen, mis queridos hermanos en la fe: Recuerden que Dios ha elegido a los pobres de este mundo, para hacerlos ricos en fe y herederos del reino que prometió a los que lo aman.


Usen bien las muchas capacidades que Dios les ha dado. Por eso, cada uno ponga al servicio de los demás la capacidad que haya recibido.


Síguenos en:

Anuncios


Anuncios


¡Síguenos en WhatsApp! Síguenos