Hechos 26:6 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

⁶ Y ahora me juzgan por la esperanza que tengo en la promesa que Dios hizo a nuestros antepasados.

Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

⁶ Y ahora, por la esperanza de la promesa que hizo Dios a nuestros padres soy llamado a juicio;

Biblia Nueva Traducción Viviente

⁶ Ahora se me juzga por la esperanza en el cumplimiento de la promesa que Dios les hizo a nuestros antepasados.

Biblia Católica (Latinoamericana)

⁶ Y si ahora soy aquí procesado, es por esperar la promesa hecha por Dios a nuestros padres;'

La Biblia Textual 3a Edicion

⁶ Y ahora, se me juzga por la esperanza de la promesa que Dios hizo a nuestros padres,

Biblia Serafín de Ausejo 1975

⁶ Ahora estoy siendo juzgado por la esperanza de la promesa hecha por Dios a nuestros padres,

Hechos 26:6 Referencias Cruzadas

Hechos 23:6

Pablo, sabiendo que algunos de ellos eran saduceos y los demás fariseos, alzó su voz y dijo ante el tribunal: ―Amigos israelitas, yo soy fariseo de pura cepa. Me están juzgando porque he puesto mi esperanza en la resurrección de los muertos.

Hechos 24:15

Tengo la misma esperanza que estos hombres tienen. Es decir, que Dios hará resucitar a los justos y a los injustos.

Hechos 24:21

Lo único que podrían señalar es lo que dije en presencia de ellos. Dije: “Es por creer en la resurrección de los muertos que hoy me juzgan delante de ustedes”».

Hechos 26:8

¿Por qué les parece a ustedes increíble que Dios resucite a los muertos?

Hechos 28:20

Por este motivo he pedido verlos y hablar con ustedes. Me han encadenado por tener la misma esperanza que tiene todo Israel.

Hechos 3:24

»En efecto, a partir de Samuel todos los profetas han anunciado estos días.

Romanos 15:8

Les digo que Cristo se hizo servidor de los judíos para demostrar que Dios es fiel y así confirmar las promesas hechas a los antepasados.

Gálatas 4:4

Pero, cuando llegó la fecha indicada, Dios envió a su Hijo, quien nació de una mujer y bajo la autoridad de la Ley.

Tito 2:13

Viviremos de esa manera mientras esperamos que se cumpla la bendita promesa en la cual confiamos, es decir, la gloriosa venida de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo.