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Hechos 20:6 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

6 Pero nosotros salimos en barco de Filipos después de la fiesta de los Panes sin levadura. A los cinco días nos reunimos con los otros en Troas, y nos quedamos allí siete días.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

6 Y nosotros, pasados los días de los panes sin levadura, navegamos de Filipos, y en cinco días nos reunimos con ellos en Troas, donde nos quedamos siete días.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

6 Finalizada la Pascua, subimos a un barco en Filipos de Macedonia y, cinco días después, nos reencontramos con ellos en Troas, donde nos quedamos una semana.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

6 Nosotros nos embarcamos en Filipos apenas terminaron las fiestas de los Panes Azimos. Cinco días después nos reunimos con ellos en Tróade, donde nos detuvimos siete días.

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 Y nosotros, cuando pasaron los días de los ázimos,° navegamos desde Filipos, y en cinco días llegamos a ellos en Troas, donde nos quedamos siete días.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 Nosotros, pasadas las fiestas de los ázimos, embarcamos en Filipos y sólo cinco días después los alcanzamos en Tróade, donde nos detuvimos siete días.

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Hechos 20:6
18 Referencias Cruzadas  

Al ver que esto agradaba a los judíos, ordenó que arrestaran también a Pedro. Esto sucedió durante la fiesta de los Panes sin levadura.


Después de que Pablo tuvo la visión, en seguida nos preparamos para salir hacia Macedonia. Estábamos convencidos de que Dios nos había llamado a anunciar la buena noticia a los macedonios.


De allí fuimos a Filipos, que es una colonia romana y la ciudad principal de ese territorio de Macedonia. En esa ciudad nos quedamos varios días.


Entonces, pasando de largo por Misia, bajaron a Troas.


Pablo había decidido no parar en Éfeso para no demorarse en la provincia de Asia. Tenía prisa por llegar a Jerusalén para el día de Pentecostés, si fuera posible.


Estos se adelantaron y nos esperaron en Troas.


Allí encontramos a los discípulos y nos quedamos con ellos siete días. Ellos, advertidos por el Espíritu del peligro que corría, le dijeron a Pablo que no subiera a Jerusalén.


Al día siguiente, salimos y llegamos a Cesarea. Nos hospedamos en casa de Felipe, el evangelista, que era uno de los siete.


Allí encontramos a algunos creyentes que nos invitaron a pasar una semana con ellos. Y por fin llegamos a Roma.


Los saludan Pablo y Timoteo, servidores de Cristo Jesús. Esta carta va dirigida a todos los creyentes en Cristo Jesús que están en Filipos, junto con los líderes y diáconos.


Y saben también que, a pesar de los sufrimientos y los insultos que antes recibimos en Filipos, nuestra confianza en nuestro Dios creció. Por eso nos atrevimos a comunicarles la buena noticia en medio de una gran lucha.


Cuando vengas, trae la capa que dejé en Troas, en casa de Carpo. Trae también los libros, especialmente los pergaminos.


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