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Hechos 2:47 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

47 Alababan a Dios y disfrutaban del aprecio general del pueblo. Y cada día el Señor añadía al grupo los que iban siendo salvos.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

47 alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

47 todo el tiempo alabando a Dios y disfrutando de la buena voluntad de toda la gente. Y cada día el Señor agregaba a esa comunidad cristiana los que iban siendo salvos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

47 Alababan a Dios y se ganaban la simpatía de todo el pueblo; y el Señor agregaba cada día a la comunidad a los que quería salvar.

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La Biblia Textual 3a Edicion

47 alabando a Dios, y teniendo gracia hacia todo el pueblo. Y cada día el Señor añadía al número° los que iban siendo salvos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

47 alababan a Dios y tenían el favor de todo el pueblo. Y el Señor agregaba día tras día a la comunidad a los que obtenían la salvación.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

47 alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos.

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Hechos 2:47
25 Referencias Cruzadas  

Sin embargo, no encontraban la manera de hacerlo, porque todo el pueblo lo escuchaba con gran interés.


Jesús siguió creciendo en sabiduría y estatura, y cada vez más se ganaba el afecto y la aceptación de Dios y de la gente.


El poder del Señor estaba con ellos, y un gran número creyó y se convirtió al Señor.


Un gran número de personas aceptó al Señor, pues Bernabé era un hombre bueno, lleno del Espíritu Santo y de fe.


Al oír esto, los que no eran judíos se alegraron y alabaron el mensaje del Señor. Y todos los que estaban destinados a la vida eterna creyeron.


Al llegar a Iconio, Pablo y Bernabé entraron juntos en la sinagoga judía. Allí hablaron de tal manera que una gran cantidad de judíos y de griegos creyó.


Pablo y Bernabé anunciaron la buena noticia en Derbe y ganaron muchos discípulos. Después regresaron a Listra, a Iconio y a Antioquía.


Y así las iglesias se fortalecían en la fe y crecían en número día tras día.


Muchos de los judíos creyeron, y también un buen número de griegos, incluso mujeres distinguidas y no pocos hombres.


En efecto, la promesa es para ustedes, para sus hijos y aun para todos los que viven lejos. Es decir, para todos aquellos a quienes el Señor nuestro Dios llame.


Así pues, los que recibieron su mensaje fueron bautizados. Aquel día se unieron a la iglesia unas tres mil personas.


Después de nuevas amenazas, los dejaron irse. Por causa de la gente, no hallaban manera de castigarlos. Todos alababan a Dios por lo que había sucedido.


Los apóstoles, a su vez, con gran poder seguían dando testimonio de la resurrección del Señor Jesús. El amor inmerecido de Dios se derramaba abundantemente sobre todos ellos.


Pero muchos de los que oyeron el mensaje creyeron. Así que la cantidad de creyentes, contando solo a los hombres, llegó a unos cinco mil.


En aquellos días, al aumentar la cantidad de los discípulos, se quejaron los que hablaban griego contra los que hablaban hebreo. Decían que sus viudas eran desatendidas en la distribución diaria de los alimentos.


Y el mensaje de Dios llegaba a la gente, de modo que la cantidad de discípulos aumentaba considerablemente en Jerusalén. Incluso muchos de los sacerdotes aceptaban el mensaje.


Mientras tanto, la iglesia disfrutaba de paz en toda Judea, Galilea y Samaria. Cada día se hacía más fuerte, pues todos respetaban al Señor. El número de creyentes iba creciendo, y eran todos fortalecidos por el Espíritu Santo.


Todos los que vivían en Lida y en Sarón lo vieron y se convirtieron al Señor.


Si de esta manera sirven a Cristo, entonces Dios estará contento y la gente hablará bien de ustedes.


A los que eligió, también los llamó. A los que llamó, también los declaró justos. A los que declaró justos, también les compartió su gloria.


Isaías, por su parte, dice con respecto a Israel: «Aunque los israelitas sean tan numerosos como la arena del mar, solo un pequeño grupo será salvo.


Me explico: algunos dicen que el mensaje de la muerte de Cristo en la cruz es una locura. Pero los que así piensan no se salvarán. En cambio, para los que se salvan, es decir, para nosotros, este mensaje tiene el poder de Dios.


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