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Hechos 16:9 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

9 Durante la noche, Pablo tuvo una visión en la que un hombre de Macedonia, puesto de pie, le rogaba: «Pasa a Macedonia y ayúdanos».

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

9 Y se le mostró a Pablo una visión de noche: un varón macedonio estaba en pie, rogándole y diciendo: Pasa a Macedonia y ayúdanos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

9 Esa noche Pablo tuvo una visión. Puesto de pie, un hombre de Macedonia —al norte de Grecia— le rogaba: «¡Ven aquí a Macedonia y ayúdanos!».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

9 Por la noche Pablo tuvo una visión. Ante él estaba de Pie un macedonio que le suplicaba: 'Ven a Macedonia y ayúdanos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

9 Y se mostró a Pablo una visión de noche: Cierto° varón macedonio estaba en pie y le rogaba, diciendo: ¡Pasa a Macedonia y ayúdanos!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 Durante la noche tuvo Pablo una visión: un macedonio, puesto en pie, le rogaba: 'Pasa a Macedonia y ayúdanos'.

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Hechos 16:9
32 Referencias Cruzadas  

Un día, como a las tres de la tarde, tuvo una visión. Vio claramente a un ángel de Dios que se le acercaba y le decía: ―¡Cornelio!


Cornelio contestó: ―Hace tres días a esta misma hora, las tres de la tarde, estaba yo en casa orando. De repente apareció delante de mí un hombre vestido con ropa brillante


Después de que Pablo tuvo la visión, en seguida nos preparamos para salir hacia Macedonia. Estábamos convencidos de que Dios nos había llamado a anunciar la buena noticia a los macedonios.


De allí fuimos a Filipos, que es una colonia romana y la ciudad principal de ese territorio de Macedonia. En esa ciudad nos quedamos varios días.


Silas y Timoteo llegaron de Macedonia. Entonces Pablo se ocupó por completo de anunciar el mensaje. Les presentaba a los judíos evidencias de que Jesús era el Cristo.


Después de todo lo ocurrido, Pablo tomó la decisión de ir a Jerusalén. De camino, pasó por Macedonia y Acaya. Y decía a todos: «Después de estar en Jerusalén, tengo que visitar Roma».


Entonces envió a Macedonia a dos de sus ayudantes, Timoteo y Erasto. Pero él se quedó por algún tiempo en la provincia de Asia.


En seguida toda la ciudad se alborotó. Todos fueron al teatro, y agarraron a Gayo y a Aristarco. Ellos eran de Macedonia y acompañaban a Pablo en su viaje.


Cuando terminó el alboroto, Pablo mandó llamar a los discípulos. Después de animarlos, se despidió y salió rumbo a Macedonia.


y se quedó ahí tres meses. Cuando estaba a punto de salir en barco para Siria, supo que los judíos estaban planeando hacer algo contra él. Por eso, decidió regresar por Macedonia.


Subimos a bordo de un barco del puerto de Adramitio, que estaba a punto de salir hacia los puertos de la provincia de Asia. Nos acompañaba Aristarco, un macedonio de Tesalónica, y con él comenzamos el viaje.


Los discípulos se enteraron de que Pedro estaba en Lida, cerca de Jope. Entonces enviaron a dos hombres a rogarle: «¡Por favor, venga usted en seguida a visitarnos!».


A los creyentes de Macedonia y Acaya les pareció bien hacer una colecta para los creyentes pobres de Jerusalén.


Cuando estuve entre ustedes y necesité algo, ninguno de ustedes tuvo que darme nada. Fueron los hermanos en la fe que llegaron de Macedonia los que dieron dinero para mis necesidades. He evitado serles una carga en cualquier sentido, y seguiré evitándolo.


Para evitar que me volviera orgulloso por estas revelaciones extraordinarias, llevo en mi cuerpo un sufrimiento. Es como una espina que me fue clavada en el cuerpo. Es algo que Satanás usa para hacerme sufrir.


Cuando llegamos a Macedonia, no tuvimos ningún descanso. Más bien, encontramos dificultades por todas partes. Nos vimos rodeados de problemas y luchando con el temor.


Ahora, hermanos en la fe, queremos contarles del amor inmerecido que Dios les ha mostrado a las iglesias de Macedonia.


porque sé que tienen buenos deseos de ayudar. Esto lo he comentado con orgullo entre los macedonios. Les he dicho que, desde el año pasado, ustedes los de Acaya estaban preparados para dar. El entusiasmo de ustedes ha motivado a la mayoría de ellos.


En efecto, ustedes aman a todos los creyentes que viven en Macedonia. No obstante, hermanos en la fe, les animamos a amarse aún más.


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