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Hechos 16:6 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

6 Atravesaron la región de Frigia y Galacia, ya que el Espíritu Santo les había impedido que predicaran la palabra en la provincia de Asia.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

6 Y atravesando Frigia y la provincia de Galacia, les fue prohibido por el Espíritu Santo hablar la palabra en Asia;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

6 Luego, Pablo y Silas viajaron por la región de Frigia y Galacia, porque el Espíritu Santo les había impedido que predicaran la palabra en la provincia de Asia en ese tiempo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

6 Atravesaron Frigia y la región de Galacia, pues el Espíritu Santo no les dejó que fueran a predicar la Palabra en Asia.

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 Y viajaron a través de la región de Frigia y Galacia, pues el Espíritu Santo les impidió hablar la palabra en Asia.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 Habiéndoles impedido el Espíritu Santo predicar la palabra en Asia, cruzaron Frigia y la región de Galacia,

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Hechos 16:6
31 Referencias Cruzadas  

Han querido decirlas tal y como las contaron los que desde el principio fueron testigos presenciales y servidores de la palabra.


Mientras Pedro seguía pensando en el significado de la visión, el Espíritu le dijo: «Mira, tres hombres te buscan.


El Espíritu me dijo que fuera con ellos sin dudar. También fueron conmigo estos seis hermanos en la fe, y entramos en la casa de aquel hombre.


Cuando llegaron cerca de Misia, intentaron pasar a Bitinia, pero el Espíritu de Jesús no se lo permitió.


Después de pasar algún tiempo allí, Pablo se fue a visitar una por una las congregaciones de Galacia y Frigia, animando a todos los discípulos.


Así lo hizo durante dos años, de modo que todos los judíos y los griegos que vivían en la provincia de Asia llegaron a escuchar el mensaje del Señor.


Pablo había decidido no parar en Éfeso para no demorarse en la provincia de Asia. Tenía prisa por llegar a Jerusalén para el día de Pentecostés, si fuera posible.


Cuiden de ustedes mismos y de todos aquellos que Dios ha salvado con su propia sangre. El Espíritu Santo los ha puesto a ustedes para cuidar de la iglesia. Así que ustedes son como pastores al cuidado de un rebaño de ovejas.


Lo acompañaron Sópater hijo de Pirro, de Berea; Aristarco y Segundo, de Tesalónica; Gayo, de Derbe; Timoteo; y, por último, Tíquico y Trófimo, de la provincia de Asia.


Cuando estaban a punto de cumplirse los siete días, unos judíos de la provincia de Asia vieron a Pablo en el Templo. Alborotaron a toda la gente y lo agarraron.


Con él se pusieron a discutir unos hombres de la sinagoga llamada de los Libertos. Entre ellos había judíos de Cirene y de Alejandría, de Cilicia y de la provincia de Asia.


El Espíritu le dijo a Felipe: «Acércate y júntate a ese carro».


Saluden igualmente a la iglesia que se reúne en la casa de ellos. Saluden a mi querido hermano Epeneto, el primer convertido a Cristo en la provincia de Asia.


Todo esto lo hace un mismo y único Espíritu, quien reparte los dones a cada uno según él quiere.


En cuanto al dinero que se recolecta para ayudar a los creyentes, sigan las instrucciones que di a las iglesias de Galacia.


Las iglesias de la provincia de Asia les mandan saludos. Aquila y Priscila, junto con la iglesia que se reúne en la casa de ellos, los saludan cordialmente en el nombre del Señor.


Hermanos en la fe, queremos que conozcan las dificultades que sufrimos en la provincia de Asia. Estábamos sufriendo tanto que pensamos que no íbamos a resistir y perderíamos la vida.


Reciban también saludos de parte de todos los hermanos en la fe que están conmigo. Esta carta va dirigida a las iglesias que están en la región de Galacia.


¡Gálatas tontos! ¿Quién los ha embrujado? A ustedes se les ha enseñado con claridad la razón por la que Jesucristo fue crucificado.


Ya sabes que todos los de la provincia de Asia me han abandonado, incluso Figelo y Hermógenes.


pues Demas me ha abandonado y se ha ido a Tesalónica. Se fue porque ama las cosas de este mundo. Crescente se ha ido a Galacia y Tito, a Dalmacia.


Por la fe Abraham obedeció a Dios cuando lo llamó. Por eso, salió para ir a un lugar que más tarde recibiría como herencia. Y salió sin saber a dónde iba.


Los saluda Pedro, apóstol de Jesucristo. Dirijo esta carta a ustedes, los elegidos, que viven como extranjeros en el Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia.


y me decía: «Escribe en un libro lo que veas y envíalo a las siete iglesias: a Éfeso, a Esmirna, a Pérgamo, a Tiatira, a Sardis, a Filadelfia y a Laodicea».


Los saluda Juan. Escribo este libro a las siete iglesias que están en la provincia de Asia. Le pido a Dios, quien es, era y vendrá, que los llene de su amor inmerecido y de su paz. Lo mismo pido a los siete espíritus que están delante de su trono


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