Biblia Todo Logo
La Biblia Online
- Anuncios -





Hebreos 8:3 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

3 Todo sumo sacerdote es nombrado para presentar ofrendas y sacrificios. Por esto, es necesario que Jesucristo también tenga algo que ofrecer.

Ver Capítulo Copiar


Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

3 Porque todo sumo sacerdote está constituido para presentar ofrendas y sacrificios; por lo cual es necesario que también este tenga algo que ofrecer.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Ya que es deber de todo sumo sacerdote presentar ofrendas y sacrificios, nuestro Sumo Sacerdote también tiene que presentar una ofrenda.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Todo sumo sacerdote es instituido para presentar a Dios ofrendas y sacrificios y, por tanto, Jesús tiene que ofrecer algún sacrificio.

Ver Capítulo Copiar

La Biblia Textual 3a Edicion

3 Porque todo sumo sacerdote es constituido para presentar ofrendas y sacrificios; por lo cual, es necesario que también Éste haya tenido algo que ofrecer.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Porque todo sumo sacerdote es instituido para ofrecer dones y sacrificios y por lo mismo, también Jesús debe tener algo que ofrecer.

Ver Capítulo Copiar




Hebreos 8:3
14 Referencias Cruzadas  

Yo soy el pan vivo que bajó del cielo. Si alguno come de este pan, vivirá para siempre. Este pan es mi carne, que daré para que el mundo viva.


Él fue entregado a la muerte por nuestra desobediencia y resucitó para que fuéramos declarados justos.


A la verdad, como no podíamos salvarnos, en el tiempo señalado Cristo murió por los malvados.


Sin embargo, Dios demuestra su amor por nosotros, pues, cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros.


Lo que yo era antes fue crucificado con Cristo, y ya no soy esa persona, sino que Cristo vive en mí. Ahora vivo en este cuerpo confiando en el Hijo de Dios, quien me amó y dio su vida por mí.


Amen a los demás así como Cristo nos amó y murió por nosotros. Su sacrificio fue para Dios como ofrenda de olor agradable.


Él se entregó a la muerte por nosotros, para rescatarnos de toda maldad y limpiarnos de pecado y tener así un pueblo elegido, dedicado a hacer el bien.


Por eso era necesario que en todo se pareciera a ellos. Lo hizo para ser un sumo sacerdote fiel y lleno de amor al servicio de Dios. De este modo pudo ofrecer un sacrificio para el perdón de los pecados del pueblo.


Hermanos en la fe, Dios los ha llamado a ustedes para que formen parte de su pueblo santo. Por eso, pongan su atención en Jesús, a quien reconocemos como apóstol y sumo sacerdote.


Todo sumo sacerdote es elegido de entre los hombres. Es nombrado para representar a su pueblo ante Dios y ofrecer ofrendas y sacrificios por el perdón de los pecados.


A diferencia de los otros sumos sacerdotes, él no tiene que ofrecer sacrificios día tras día, primero por sus propios pecados y luego por los del pueblo. Por el contrario, él ofreció su vida en sacrificio una sola vez y para siempre.


Si Jesús estuviera en la tierra, ni siquiera sería sacerdote. Pues aquí ya hay sacerdotes que presentan las ofrendas que exige la Ley.


Si esto es así, ¡cuánto más poder tiene la sangre de Cristo! Porque, por medio del Espíritu eterno, Cristo se ofreció sin pecado a Dios. Su sangre limpiará nuestra conciencia, y no se nos declarará culpables de pecados que conducen a la muerte eterna, para que sirvamos al Dios viviente.


Síguenos en:

Anuncios


Anuncios


¡Síguenos en WhatsApp! Síguenos