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Hebreos 7:28 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

28 De hecho, la Ley nombra sumos sacerdotes a hombres débiles. Pero el juramento, que es posterior a la Ley, nombra sumo sacerdote al Hijo, quien ha sido hecho perfecto para siempre.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

28 Porque la ley constituye sumos sacerdotes a débiles hombres; pero la palabra del juramento, posterior a la ley, al Hijo, hecho perfecto para siempre.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

28 La ley nombra a sumos sacerdotes que están limitados por debilidades humanas; pero después de que la ley fue entregada, Dios nombró a su Hijo mediante un juramento y su Hijo ha sido hecho el perfecto Sumo Sacerdote para siempre.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

28 Así, pues, todo es insuficiente en los sumos sacerdotes que la Ley establece, mientras que ahora, después de la Ley, Dios habla y pronuncia un juramento para establecer al Hijo eternamente perfecto.

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La Biblia Textual 3a Edicion

28 Porque la ley constituye sumos sacerdotes a hombres débiles, pero la palabra del juramento, que es después de la ley, constituye° al Hijo, el cual es ya hecho perfecto para siempre.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

28 En efecto, la ley instituye sacerdotes a hombres frágiles, mientras que la palabra de aquel juramento, posterior a la ley, instituye sacerdote al Hijo para siempre perfecto.

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Hebreos 7:28
17 Referencias Cruzadas  

Él les contestó: ―Vayan y díganle a ese zorro: “Mira, hoy y mañana seguiré echando fuera demonios y sanando a la gente, y al tercer día terminaré lo que debo hacer”.


Al probar Jesús el vinagre, dijo: ―Todo se ha cumplido. Luego inclinó la cabeza y murió.


Pero en estos días finales nos ha hablado por medio de su Hijo. A este lo hizo heredero de todo, y por medio de él creó el universo.


Todo existe para y por medio de Dios, quien tiene el propósito de hacer que muchos de sus hijos compartan su gloria. Para lograrlo, Dios tenía que hacer perfecto a Cristo por medio del sufrimiento, para que así él nos salvara.


Por eso era necesario que en todo se pareciera a ellos. Lo hizo para ser un sumo sacerdote fiel y lleno de amor al servicio de Dios. De este modo pudo ofrecer un sacrificio para el perdón de los pecados del pueblo.


Hermanos en la fe, Dios los ha llamado a ustedes para que formen parte de su pueblo santo. Por eso, pongan su atención en Jesús, a quien reconocemos como apóstol y sumo sacerdote.


Cristo, como Hijo de Dios, es obediente al guiar al pueblo de Dios que somos nosotros. Y continuaremos siendo su pueblo si nos mantenemos seguros y confiando con orgullo en nuestra salvación.


En Jesús, el Hijo de Dios, tenemos un gran sumo sacerdote que ha atravesado los cielos. Por eso, sigamos confiando firmemente en la noticia que anunciamos.


Tampoco Cristo buscó el honor de ser sumo sacerdote. Fue Dios quien le dijo: «Tú eres mi Hijo; hoy mismo me he convertido en tu Padre».


mientras que este llegó a serlo con el juramento de Dios, que le dijo: «El Señor ha jurado, y no cambiará de opinión: “Tú eres sacerdote para siempre”».


Pero, como Jesús vive para siempre, su trabajo como sacerdote nunca se acabará.


No se sabe nada de quién es su padre ni su madre ni sus antepasados. Tampoco se sabe nada del comienzo y fin de su vida. Por eso se parece al Hijo de Dios, que permanece como sacerdote para siempre.


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