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Hebreos 2:3 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

3 Si eso fue así, entonces ¿cómo escaparemos nosotros si descuidamos una salvación tan grande? Esta salvación fue anunciada primeramente por el Señor, y los que la recibieron nos confirmaron que era verdad.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

3 ¿cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande? La cual, habiendo sido anunciada primeramente por el Señor, nos fue confirmada por los que oyeron,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Entonces, ¿qué nos hace pensar que podemos escapar si descuidamos esta salvación tan grande, que primeramente fue anunciada por el mismo Señor Jesús y luego nos fue transmitida por quienes lo oyeron hablar?

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 ¿Cómo, pues, escaparemos nosotros, si despreciamos una salvación tan trascendente? El Señor mismo la proclamó primero y luego la confirmaron aquellos que le oyeron.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 ¿cómo escaparemos nosotros, teniendo en poco° una salvación tan grande?, la cual, comenzando° a ser proclamada por el Señor, nos° fue confirmada por los que lo oyeron a Él,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 ¿cómo podremos nosotros escapar, si descuidamos una salvación tan grande? Esta salvación fue inaugurada por la predicación del Señor. Los que la escucharon nos la confirmaron a nosotros

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Hebreos 2:3
42 Referencias Cruzadas  

»¡Serpientes! ¡Nido de víboras! ¿Cómo escaparán ustedes de la condenación del infierno?


Desde entonces comenzó Jesús a predicar: «Arrepiéntanse, porque el reino de los cielos está cerca».


Después de que encarcelaron a Juan, Jesús se fue a Galilea a anunciar la buena noticia de Dios.


Han querido decirlas tal y como las contaron los que desde el principio fueron testigos presenciales y servidores de la palabra.


Nos envió un poderoso Salvador, que viene de la familia del rey David, su siervo.


―¿Qué es lo que ha pasado? —les preguntó. Ellos respondieron: ―Lo de Jesús de Nazaret. Era un profeta, poderoso en obras y en palabras delante de Dios y de todo el pueblo.


Y también ustedes darán testimonio porque han estado conmigo desde el principio.


»Israelitas, escuchen esto: Jesús de Nazaret fue un hombre aprobado por Dios ante ustedes con milagros, señales y maravillas. Todo esto lo hizo Dios entre ustedes por medio de él, como bien lo saben.


De hecho, en ningún otro hay salvación. No hay bajo el cielo otro nombre dado a las personas mediante el cual podamos ser salvos».


Quisiera ver si de algún modo despierto los celos de mi propio pueblo, para así salvar a algunos de ellos.


Tú, que juzgas a otros, pero haces lo mismo que ellos, ¿piensas que vas a escapar del juicio de Dios?


Dios es sabio, y por eso no quiso que el mundo lo conociera mediante la sabiduría humana. En cambio, decidió salvar a los que creen, por medio de la predicación de un mensaje que parece locura.


Cuando la gente esté diciendo: «Paz y seguridad», vendrá sobre ellos la destrucción sin avisar, como le llegan a la mujer embarazada los dolores de parto. De ninguna manera podrán escapar.


Este es el mensaje en el que todos deben confiar y aceptar: Cristo Jesús vino al mundo a salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero.


En verdad, Dios le ha mostrado a toda la humanidad su amor, un amor que nadie merece, pero que trae salvación.


Dios habló en otras épocas a nuestros antepasados. Lo hizo por medio de los profetas en diversas ocasiones y de varias maneras.


Pues todos los ángeles son solo espíritus que sirven a Dios. Él los envía para ayudar a los que han de ser salvos.


Pero en estos días finales nos ha hablado por medio de su Hijo. A este lo hizo heredero de todo, y por medio de él creó el universo.


Tengan cuidado de no rechazar al Dios que les habla. Recuerden que los que lo rechazaron no escaparon de su castigo en la tierra. Así que mucho menos escaparemos nosotros si le volvemos la espalda al que nos habla desde el cielo.


La promesa de gozar de su descanso todavía permanece. Pero debemos tener cuidado, pues alguno de ustedes podría quedarse sin disfrutarlo.


Esforcémonos, pues, por disfrutar de ese descanso, para que nadie desobedezca al seguir el ejemplo de los que no creyeron.


Así fue como Dios lo hizo perfecto, para que llegara a ser autor de salvación eterna para todos los que lo obedecen.


De igual manera, Cristo fue ofrecido en sacrificio una sola vez para quitar los pecados de muchos. Después aparecerá por segunda vez. Pero ya no vendrá para morir por el pecado de alguno, sino para traer salvación a quienes esperan su regreso.


En esta carta les hablaremos acerca de aquel a quien llamamos el Verbo. Él ya existía desde antes de la creación del mundo y es quien nos da vida. Lo que les contamos acerca de él es todo lo que hemos oído y visto con nuestros propios ojos. Lo hemos visto y tocado con las manos.


Queridos hermanos en la fe, recuerden el mensaje que les anunciaron los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo.


Gritaban a gran voz: «¡La salvación viene de nuestro Dios, que está sentado en el trono, y del Cordero!».


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