Biblia Todo Logo
La Biblia Online
- Anuncios -





Gálatas 3:16 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

16 Ahora bien, las promesas se les hicieron a Abraham y a su hijo. La Escritura no dice: «y a los descendientes», como refiriéndose a muchos, sino: «y a tu descendencia», dando a entender uno solo. Esa era una clara referencia a Cristo.

Ver Capítulo Copiar


Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

16 Ahora bien, a Abraham fueron hechas las promesas, y a su simiente. No dice: Y a las simientes, como si hablase de muchos, sino como de uno: Y a tu simiente, la cual es Cristo.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Nueva Traducción Viviente

16 Dios ha dado las promesas a Abraham y a su hijo. Y noten que la Escritura no dice «a sus hijos», como si significara muchos descendientes. Más bien, dice «a su hijo», y eso sin duda se refiere a Cristo.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Católica (Latinoamericana)

16 En el caso de Abrahán, las promesas eran para él y para su descendencia. La Escritura no dice para los descendientes, como si hubiera varios, sino que habla en singular: para tu descendencia, y ésta es Cristo.

Ver Capítulo Copiar

La Biblia Textual 3a Edicion

16 Ahora bien, las promesas fueron hechas a Abraham y a su descendencia. No dice: Y a sus descendencias, como de muchas, sino como de una: Y a tu descendencia,° la cual es el Mesías.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Serafín de Ausejo 1975

16 Ahora bien, las promesas fueron hechas a Abrahán y a su posteridad. La Escritura no dice 'y a sus descendencias', como si fueran muchas; sino como si fuera una sola: Y a tu descendencia, es decir, a Cristo.

Ver Capítulo Copiar




Gálatas 3:16
28 Referencias Cruzadas  

Lista de antepasados de Jesucristo, que fue descendiente de David y de Abraham:


Ustedes, pues, son herederos de los profetas y del pacto que Dios estableció con nuestros antepasados. Así lo hizo cuando le dijo a Abraham: “Todos los pueblos del mundo serán bendecidos por medio de tu familia”.


Así también nosotros, aunque somos muchos, formamos una unidad gracias a Cristo. Y cada uno de nosotros está unido a todos los demás.


En efecto, Dios prometió que le daría el mundo a Abraham y a sus hijos. Pero él no se ganó esa promesa por obedecer la Ley, sino por creer en Dios. Por esa fe fue declarado justo.


Por eso los descendientes de Abraham se ganan la promesa por la fe. No tienen que hacer nada a cambio para ganarla. Esta promesa no es solo para los que obedecen la Ley, sino para los que creen como Abraham. Por eso él es el padre de todos nosotros.


Dios adoptó como hijos a los israelitas, y a ellos les mostró su gloria. Con ellos hizo pactos y les entregó la Ley. Les dio además promesas y el privilegio de adorarlo.


De hecho, aunque el cuerpo es uno solo, tiene muchas partes. Y todas las partes, aunque sean muchas, forman un solo cuerpo. Así sucede con Cristo.


Ahora bien, ustedes son el cuerpo de Cristo y cada uno es parte de ese cuerpo.


¿Son ellos hebreos? Pues yo también. ¿Son israelitas? También yo lo soy. ¿Son descendientes de Abraham? Yo también.


Entonces, ¿cuál era el propósito de la Ley? La Ley nos fue dada luego de la promesa para que conociéramos nuestros pecados. Ese sería su propósito hasta que viniera aquel al cual se refiere la promesa. Dios le entregó la Ley a Moisés por medio de ángeles, para que él se la diera al pueblo.


En efecto, en las Escrituras ya se anunciaba que los no judíos serían declarados justos por medio de la fe. Así se lo había dicho Dios a Abraham. A él le dio esta buena noticia: «Por medio de ti bendeciré a todas las naciones».


Cómo llegan a ser un solo cuerpo es algo muy difícil de explicar. Lo menciono para explicar la relación de Cristo con su iglesia.


No se mantienen firmemente unidos a Cristo, quien gobierna la iglesia. Es Cristo quien hace que la iglesia sea fuerte y que todos sus miembros se mantengan unidos. Dios hace crecer la iglesia como él quiere.


En esta nueva manera de vivir no importa si eres griego o judío, si estás circuncidado o no lo estás, si eres extranjero o un salvaje, si eres esclavo o eres libre. Cristo es todo lo que importa, y él vive en todos nosotros.


Síguenos en:

Anuncios


Anuncios


¡Síguenos en WhatsApp! Síguenos