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Filipenses 1:1 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

1 Los saludan Pablo y Timoteo, servidores de Cristo Jesús. Esta carta va dirigida a todos los creyentes en Cristo Jesús que están en Filipos, junto con los líderes y diáconos.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

1 Pablo y Timoteo, siervos de Jesucristo, a todos los santos en Cristo Jesús que están en Filipos, con los obispos y diáconos:

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Saludos de Pablo y de Timoteo, esclavos de Cristo Jesús. Yo, Pablo, escribo esta carta a todo el pueblo santo de Dios en Filipos que pertenece a Cristo Jesús, incluidos los líderes de la iglesia y los diáconos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Carta de Pablo y Timoteo, siervos de Cristo Jesús, a los filipenses, a todos ustedes, con sus obispos y sus diáconos, que en Cristo Jesús son santos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Pablo y Timoteo, siervos de Jesús el Mesías, a todos los santos en Jesús el Mesías que están en Filipos,° con los obispos° y diáconos:

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Pablo y Timoteo, siervos de Cristo Jesús, a todo el pueblo santo en Cristo Jesús, que hay en Filipos, juntamente con los obispos y diáconos:

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Filipenses 1:1
48 Referencias Cruzadas  

Es como cuando un hombre sale de viaje y deja su casa al cuidado de sus siervos, cada uno con su tarea, y le manda al portero que vigile.


Quien quiera servirme debe seguirme. Donde yo esté, allí también estará mi siervo. Al que me sirva, mi Padre lo honrará.


»En el libro de los Salmos —continuó Pedro— está escrito: »“Que su lugar quede vacío, y que nadie lo habite”. También está escrito: »“Que otro se haga cargo de su oficio”.


Cuiden de ustedes mismos y de todos aquellos que Dios ha salvado con su propia sangre. El Espíritu Santo los ha puesto a ustedes para cuidar de la iglesia. Así que ustedes son como pastores al cuidado de un rebaño de ovejas.


Entonces Ananías respondió: ―Señor, he oído decir que ese hombre ha causado mucho daño a los que creen en ti en Jerusalén.


Los saluda Pablo, servidor de Cristo Jesús, quien me llamó para ser su apóstol. Él me apartó para anunciar la buena noticia de Dios.


Les escribo a todos ustedes, que están en Roma, a quienes Dios ama y ha llamado a ser parte de su pueblo santo. Que Dios nuestro Padre y el Señor Jesucristo les permitan gozar de su inmerecido amor y de su paz.


Si llega Timoteo, procuren que se sienta cómodo entre ustedes, porque él trabaja para el Señor al igual que yo.


Los saluda Pablo, y también Timoteo, nuestro hermano en la fe. Soy apóstol de Cristo Jesús porque Dios así lo quiso. Esta carta va dirigida a ustedes, que son la iglesia de Dios en Corinto, y a todos los creyentes en toda la región de Acaya:


¿Qué busco con esto: ganarme la aprobación de la gente o la de Dios? ¿Piensan que quiero agradar a los demás? Si yo buscara agradar a otros, no sería un servidor de Cristo.


Todos ustedes son hijos de Dios por haber creído en Cristo Jesús.


Ya no importa si son judíos o griegos, esclavos o libres, hombres o mujeres, sino que todos ustedes son iguales gracias a Cristo Jesús.


Los saluda Pablo. Soy apóstol de Cristo Jesús porque Dios así lo quiso. Esta carta va dirigida a los creyentes que están en Éfeso y que siguen confiando en Cristo Jesús.


Me he enterado de la fe que tienen en el Señor Jesús y del amor que demuestran por todos los creyentes. Y, desde entonces,


Que el amor inmerecido de Dios llene a todos los que aman a nuestro Señor Jesucristo con amor eterno.


Tengo la confianza de que el Señor Jesús pronto me permitirá enviarles a Timoteo, para que también yo cobre ánimo al recibir noticias de ustedes.


Su manera de pensar debe ser como la de Cristo Jesús.


No estoy diciendo que ya haya conseguido hacer todo eso, o que ya sea perfecto. Sin embargo, sigo luchando, con la esperanza de lograrlo, porque Cristo Jesús me salvó para eso.


Si la circuncisión es la marca del pueblo de Dios, nosotros somos entonces el verdadero pueblo. Y lo somos porque por medio del Espíritu adoramos a Dios, y nos sentimos orgullosos de pertenecer a Cristo Jesús. No creemos que podamos ser salvos por medio del esfuerzo humano.


Cuando comparo todo con el inmenso valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor, me doy cuenta de que nada tiene importancia. Por él lo he dejado todo, y lo considero basura, pues todo cuanto quiero es a Cristo.


Los saludan Pablo, Silvano y Timoteo. Esta carta va dirigida a la iglesia de los tesalonicenses. Ustedes pertenecen a Dios el Padre y al Señor Jesucristo. Le pido a Dios que les permita gozar de su inmerecido amor y les dé paz.


Y saben también que, a pesar de los sufrimientos y los insultos que antes recibimos en Filipos, nuestra confianza en nuestro Dios creció. Por eso nos atrevimos a comunicarles la buena noticia en medio de una gran lucha.


Los saludan Pablo, Silvano y Timoteo. Esta carta va dirigida a la iglesia de los tesalonicenses, que pertenece a Dios nuestro Padre y al Señor Jesucristo.


Eso sucederá el día en que el Señor venga para recibir la gloria de parte de su pueblo elegido y ser admirado por todos los que hayan creído. Ustedes estarán allí, porque creyeron en el mensaje que les dimos.


Esta carta va dirigida a ti, Timoteo, mi verdadero hijo en la fe. Les pido a Dios el Padre y a Cristo Jesús nuestro Señor que te permitan gozar de su inmerecido amor, de su bondad y de su paz.


Los diáconos, igualmente, deben ser personas que todos respeten, sinceros, no amigos del mucho vino ni deseosos de ganar dinero con engaños.


Te saluda Pablo, servidor de Dios y apóstol de Jesucristo. Dios me ha llamado para que enseñe a los elegidos de Dios cómo es la verdadera religión y les enseñe a tener fe.


El líder tiene la responsabilidad de cuidar el trabajo que Dios ha asignado a todos, y por eso debe ser alguien a quien nadie pueda acusar de nada malo. No debe ser orgulloso, ni enojarse con facilidad, ni borracho, ni violento, ni desear ganar dinero con engaños.


Te saluda Pablo, que ahora estoy preso por servir a Cristo Jesús. Recibe también un saludo de Timoteo, hermano en la fe. Esta carta va dirigida a ti, querido Filemón, compañero de trabajo,


Quiero que sepan que Timoteo, nuestro hermano en la fe, ha sido puesto en libertad. Si llega pronto, iré con él a verlos.


Los saluda Santiago, servidor de Dios y del Señor Jesucristo. Les dirijo esta carta a las doce tribus que están esparcidas por el mundo.


Antes ustedes andaban como ovejas perdidas, pero ahora han vuelto a Cristo, el Pastor que cuida de sus vidas.


Los saluda Simón Pedro, servidor y apóstol de Jesucristo. Dirijo esta carta a los que han confiado en Cristo de manera tan preciosa como lo hemos hecho nosotros. Esa confianza nos la ha dado nuestro Dios y Salvador Jesucristo, quien ha demostrado ser justo.


Los saluda Judas, servidor de Jesucristo y hermano de Santiago. Dirijo esta carta a los que son amados por Dios el Padre, protegidos y llamados por Jesucristo.


Este libro narra lo que Dios le mostró a Jesucristo acerca de las cosas que sucederán pronto. Dios se las mostró para que él se las muestre a sus servidores. Jesucristo envió entonces a su ángel para dar a conocer estas cosas a Juan, su servidor.


Esta es la explicación del significado secreto de las siete estrellas que viste en mi mano derecha y de los siete candelabros de oro: las siete estrellas son los ángeles de las siete iglesias. Los siete candelabros son las siete iglesias.


Entonces me arrodillé a sus pies para adorarlo. Pero él me dijo: «¡No, cuidado! Soy un servidor como tú y como los creyentes que se mantienen fieles al mensaje de Jesús. ¡Adora solo a Dios! El mensaje de Jesús se comparte con otros por medio del poder del Espíritu».


»Escribe al ángel de la iglesia de Pérgamo: El que tiene la aguda espada de dos filos dice esto:


»Escribe al ángel de la iglesia de Esmirna: El Primero y el Último, el que murió y volvió a vivir, dice esto:


Pero él me dijo: «¡No, cuidado! Soy un servidor de Dios como tú, como tus compañeros los profetas y como todos los que aceptan las palabras de este libro. ¡Adora solo a Dios!».


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