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Apocalipsis 8:3 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

3 Se acercó otro ángel y se puso de pie frente al altar. Tenía un tazón de oro para quemar incienso, y se le entregó mucho incienso. Debía ofrecerlo junto con las oraciones de todos los creyentes. Y tenía que hacerlo sobre el altar de oro que está delante del trono.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

3 Otro ángel vino entonces y se paró ante el altar, con un incensario de oro; y se le dio mucho incienso para añadirlo a las oraciones de todos los santos, sobre el altar de oro que estaba delante del trono.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Entonces vino otro ángel con un recipiente de oro para quemar incienso y se paró ante el altar. Se le dio una gran cantidad de incienso para mezclarlo con las oraciones del pueblo de Dios como una ofrenda sobre el altar de oro delante del trono.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Otro ángel vino y se paró delante del altar de los perfumes con un incensario de oro. Se le dieron muchos perfumes: las oraciones de todos los santos que iba a ofrecer en el altar de oro colocado delante del trono.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Y llegó otro ángel, y se puso en pie junto° al altar° teniendo un incensario de oro, y le fue dado mucho incienso para que lo añadiera° a las oraciones de todos los santos, en el altar de oro delante del trono.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Vino otro ángel y se puso en pie, junto al altar, con un incensario de oro. Se le dio gran cantidad de incienso para que lo ofreciese, junto con las oraciones de todo el pueblo santo, sobre el altar de oro que está delante del trono.

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Apocalipsis 8:3
32 Referencias Cruzadas  

Cuando llegó la hora de quemar el incienso, la gente reunida afuera estaba orando.


¿Quién los castigará? Nadie, pues Cristo Jesús murió por ellos, y también resucitó, y está a la derecha de Dios. Y desde ese sitio de honor ruega a Dios por nosotros.


Por eso puede salvar por completo a los que se acercan a Dios por medio de él. Y puede hacerlo porque vive para siempre, y nunca dejará de hablar a Dios en favor de ellos.


En él estaban el altar de oro para el incienso y el cofre del pacto, todo recubierto de oro. Dentro del cofre había una vasija de oro que contenía el maná. También estaban la vara de Aarón que había retoñado y las tablas del pacto.


Después vi a otro ángel poderoso que bajaba del cielo envuelto en una nube. Un arco iris rodeaba su cabeza; su cara era como el sol, y sus piernas parecían columnas de fuego.


Del altar salió otro ángel, que tenía autoridad sobre el fuego. Le gritó al que llevaba la hoz afilada: «Mete tu hoz y corta los racimos del viñedo de la tierra, porque sus uvas ya están maduras».


Cuando lo tomó, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro líderes se arrodillaron delante del Cordero. Cada uno tenía un arpa y copas de oro llenas de incienso. Estas representan las oraciones de los creyentes.


El Cordero rompió el quinto sello. Entonces vi a los que habían muerto por anunciar el mensaje de Dios y por mantenerse fieles en su tarea. Estaban debajo del altar.


A los cuatro ángeles se les había permitido hacer daño a la tierra y al mar. Entonces vi también a otro ángel que venía del oeste con el sello del Dios vivo, y este les gritó con voz fuerte a los cuatro ángeles:


El humo del incienso subió hasta la presencia de Dios. Subió desde la mano del ángel, junto con las oraciones de los creyentes.


Luego el ángel tomó el tazón del incienso. Lo llenó con carbones encendidos del altar y los arrojó sobre la tierra. Entonces se produjeron truenos, estruendos, relámpagos y un terremoto.


El sexto ángel tocó su trompeta. Entonces oí una voz que salía de entre los cuernos del altar de oro que está delante de Dios.


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