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Apocalipsis 6:1 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

1 Vi cuando el Cordero rompió el primero de los siete sellos. Entonces oí a uno de los cuatro seres vivientes, que decía con una voz fuerte como de trueno: «¡Ven!».

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

1 Vi cuando el Cordero abrió uno de los sellos, y oí a uno de los cuatro seres vivientes decir como con voz de trueno: Ven y mira.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Mientras miraba, el Cordero rompió el primero de los siete sellos que había en el rollo. Entonces oí que uno de los cuatro seres vivientes decía con voz de trueno: «¡Ven!».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Mientras estaba mirando el Cordero abrió el primero de los siete sellos, y oí al primero de los cuatro Seres Vivientes que gritaba como con voz de trueno: 'Ven.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Y vi cuando el Cordero abrió uno de los siete° sellos, y oí a uno de los cuatro seres vivientes que decía con voz de trueno: ¡Sal!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Vi cuando el Cordero abrió el primero de los siete sellos y oí al primero de los cuatro seres vivientes que decía como con voz de trueno: 'Ven'.

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Apocalipsis 6:1
17 Referencias Cruzadas  

Al día siguiente, Juan vio a Jesús que se acercaba a él, y dijo: «¡Aquí tienen al Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo!


Nosotros no podemos dejar de hablar de lo que hemos visto y oído.


Entonces se abrió el templo de Dios que está en el cielo, y en él se vio el cofre de su pacto. Entonces hubo relámpagos, estruendos, truenos, un terremoto y una fuerte lluvia de granizo.


A la bestia la adorarán todos los habitantes de la tierra. Es decir, aquellos cuyos nombres no han sido escritos en el libro de la vida. Ese libro pertenece al Cordero que fue sacrificado desde la creación del mundo.


Oí un sonido que venía del cielo. Era como el estruendo de una catarata y el retumbar de un gran trueno. El sonido se parecía al de músicos tocando sus arpas.


Después oí las voces de una inmensa cantidad de personas. Era como el ruido de muchas aguas y como el retumbar de potentes truenos. Las voces decían: «¡Aleluya! Ya ha comenzado a reinar el Señor, nuestro Dios Todopoderoso.


Cada uno de ellos tenía seis alas y estaba lleno de ojos por dentro y por fuera. Y día y noche repetían sin parar: «Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso, el que era y que es y que ha de venir».


Vi que el que estaba sentado en el trono tenía un rollo de pergamino en su mano derecha. Este rollo estaba escrito por ambos lados. Además, tenía siete sellos que impedían que alguien lo abriera.


Cantaban con todas sus fuerzas: «¡El Cordero que fue sacrificado es digno de recibir el poder, la riqueza y la sabiduría; la fortaleza y la honra, la gloria y la alabanza!».


Cuando lo tomó, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro líderes se arrodillaron delante del Cordero. Cada uno tenía un arpa y copas de oro llenas de incienso. Estas representan las oraciones de los creyentes.


Cuando el Cordero rompió el segundo sello, oí al segundo ser viviente, que decía: «¡Ven!».


Cuando el Cordero rompió el tercer sello, oí al tercero de los seres vivientes, que decía: «¡Ven!». Miré, ¡y apareció un caballo negro! El jinete tenía una balanza en la mano.


Cuando el Cordero rompió el cuarto sello, oí la voz del cuarto ser viviente, que decía: «¡Ven!».


Cuando el Cordero rompió el séptimo sello, hubo silencio en el cielo como por media hora.


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