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Apocalipsis 5:9 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

9 Y entonaban este nuevo cántico: «Digno eres de recibir el rollo y de romper sus sellos, porque fuiste sacrificado. Con tu sangre compraste para Dios gente de toda tribu, idioma, pueblo y nación.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

9 y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

9 Y cantaban un nuevo canto con las siguientes palabras: «Tú eres digno de tomar el rollo y de romper los sellos y abrirlo. Pues tú fuiste sacrificado y tu sangre pagó el rescate para Dios de gente de todo pueblo, tribu, lengua y nación.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

9 Y cantaban este cántico nuevo: Eres digno de tomar el libro y de abrir sus sellos, porque fuiste degollado y con tu sangre compraste para Dios hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación.

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La Biblia Textual 3a Edicion

9 Y cantan un cántico nuevo, diciendo: ¡Digno eres de tomar el rollo, y de abrir sus sellos, Porque Tú fuiste inmolado, Y con tu sangre° redimiste para Dios, De toda tribu y lengua y pueblo y nación;

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 Y cantan un cántico nuevo, diciendo: 'Digno eres de tomar el rollo y de abrir sus sellos, porque fuiste degollado, y rescataste para Dios con tu sangre a hombres de toda tribu y lengua y pueblo y nación.

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Apocalipsis 5:9
41 Referencias Cruzadas  

Ni siquiera el Hijo del hombre vino para que le sirvieran, sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos.


Esto es mi sangre del pacto, que es derramada por muchos para el perdón de pecados.


Cuiden de ustedes mismos y de todos aquellos que Dios ha salvado con su propia sangre. El Espíritu Santo los ha puesto a ustedes para cuidar de la iglesia. Así que ustedes son como pastores al cuidado de un rebaño de ovejas.


pues fueron rescatados por Dios quien pagó un precio. Por tanto, den gloria a Dios con su cuerpo.


Ustedes fueron liberados del pecado por Cristo. Él pagó un alto precio por rescatarlos de esa esclavitud. Entonces, no se vuelvan esclavos de nadie.


Al derramar su sangre, Cristo nos hizo libres y perdonó nuestros pecados, porque su amor es muy grande. No merecíamos tanto amor,


Anímense unos a otros con salmos, himnos y canciones espirituales. Canten y alaben al Señor de todo corazón,


Es por Cristo que somos libres y nuestros pecados han sido perdonados.


Esto lo hizo para que ustedes sigan confiando firmes en Cristo, sin dudar ni un momento. Para que no dejen de creer en la seguridad que les da el mensaje de la buena noticia. Este es el mensaje que ustedes oyeron y que ha sido anunciado en toda la creación debajo del cielo. Y yo, Pablo, he llegado a ser predicador de ese mensaje.


Él se entregó a la muerte por nosotros, para rescatarnos de toda maldad y limpiarnos de pecado y tener así un pueblo elegido, dedicado a hacer el bien.


Los que así hablan claramente dan a entender que andan en busca de una patria.


En el pueblo judío hubo falsos profetas, como también entre ustedes habrá falsos maestros. Estos, de forma astuta, darán falsas enseñanzas que harán mucho daño. Llegarán incluso a decir que no conocen al Señor que los salvó. Esto les traerá una repentina destrucción.


Pero, si vivimos en la luz, así como Dios está en la luz, viviremos como amigos unos con otros. Además, por medio de la sangre de su Hijo Jesucristo, Dios nos perdonará nuestros pecados.


Él murió en la cruz ofreciendo su vida como un sacrificio, para que Dios perdonara nuestros pecados. Pero no solo para que nos perdonara a nosotros, sino a todo el mundo.


Entonces se me ordenó: «Tienes que volver a comunicar el mensaje de Dios a la gente de muchos pueblos, naciones, idiomas y reyes».


Por tres días y medio la gente mirará sus cadáveres y no permitirá que sean enterrados. Será gente de todo pueblo, tribu, idioma y nación.


También se le permitió hacer la guerra a los creyentes y vencerlos. Se le dio autoridad sobre la gente de toda tribu, pueblo, idioma y nación.


A la bestia la adorarán todos los habitantes de la tierra. Es decir, aquellos cuyos nombres no han sido escritos en el libro de la vida. Ese libro pertenece al Cordero que fue sacrificado desde la creación del mundo.


Luego vi a otro ángel que volaba en medio del cielo. Llevaba el mensaje de la buena noticia, que anunciaba salvación eterna a los que viven en la tierra; es decir, para la gente de toda nación, tribu, idioma y pueblo.


Cantaban el himno de Moisés, servidor de Dios, y el himno del Cordero. Cantaban así: «Todo lo que haces es grande y maravilloso, Señor Dios Todopoderoso. Todo lo que haces es justo y correcto, Rey de las naciones.


Además el ángel me dijo: «Las aguas que has visto, donde está sentada la ciudad idólatra, representan a gente de todos los pueblos, multitudes, naciones e idiomas.


«Digno eres, Señor y Dios nuestro, de recibir la adoración, la honra y el poder. Porque tú creaste todas las cosas; por tu voluntad existen y fueron creadas».


Cantaban con todas sus fuerzas: «¡El Cordero que fue sacrificado es digno de recibir el poder, la riqueza y la sabiduría; la fortaleza y la honra, la gloria y la alabanza!».


Entonces vi a un Cordero que estaba de pie y parecía haber sido sacrificado. Estaba en medio de los cuatro seres vivientes y del trono y de los líderes. Tenía siete cuernos y siete ojos, que son los siete espíritus de Dios enviados por toda la tierra.


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