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Apocalipsis 16:2 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

2 El primer ángel fue y derramó su copa sobre la tierra. Entonces a todos los que tenían la marca de la bestia y que adoraban su imagen les salió una llaga maligna y repugnante.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

2 Fue el primero, y derramó su copa sobre la tierra, y vino una úlcera maligna y pestilente sobre los hombres que tenían la marca de la bestia, y que adoraban su imagen.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Así que el primer ángel salió del templo y derramó su copa sobre la tierra, y a todos los que tenían la marca de la bestia y que adoraban a su estatua les salieron horribles llagas malignas.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 Salió el primero, vació su copa sobre la tierra y se produjeron úlceras malignas y dolorosas en las personas que llevaban la marca de la bestia y se postraban ante su imagen.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 Salió el primero, y derramó su copa sobre la tierra, y sobrevino una úlcera maligna y pestilente° sobre los hombres que tienen la marca de la bestia y que adoran su imagen.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 Marchó el primero y derramó su copa sobre la tierra. Y sobrevino una úlcera maligna y dolorosa a los hombres que tenían la marca de la bestia y que adoraban su imagen.

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Apocalipsis 16:2
22 Referencias Cruzadas  

Al instante un ángel del Señor lo hirió, porque no le había dado la gloria a Dios. Herodes murió comido de gusanos.


Tenía toda la autoridad de la primera bestia y la representaba en todo lo que hacía. Obligaba a todos en la tierra a adorar a la primera bestia, que había sido sanada de su herida mortal.


Así que el que estaba sentado sobre la nube pasó la hoz, y la tierra fue cosechada.


Un tercer ángel apareció después de los dos anteriores. Este ángel decía con fuerte voz: «Si alguien adora a la bestia y a su imagen, o se deja poner en la frente o en la mano la marca de la bestia,


Oí una fuerte voz que desde el templo decía a los siete ángeles: «¡Vayan y derramen sobre la tierra las siete copas del enojo de Dios!».


Pero ni aun así se arrepintieron de sus malas acciones. Al contrario, maldecían al Dios del cielo, debido a sus dolores y llagas.


El primer ángel tocó su trompeta. Entonces fueron echados sobre la tierra granizo y fuego mezclados con sangre. Y se quemó la tercera parte de la tierra, la tercera parte de los árboles y toda la hierba verde.


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