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Apocalipsis 14:1 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

1 Luego miré, y vi que el Cordero estaba de pie sobre el monte Sion. Lo acompañaban ciento cuarenta y cuatro mil personas. Estas personas llevaban escrito en la frente el nombre del Cordero y de su Padre.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

1 Después miré, y he aquí el Cordero estaba en pie sobre el monte de Sion, y con él ciento cuarenta y cuatro mil, que tenían el nombre de él y el de su Padre escrito en la frente.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Luego vi al Cordero de pie sobre el monte Sion, y con él había 144.000 que tenían el nombre del Cordero y el de su Padre escrito en la frente.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Tuve otra visión: el Cordero estaba de pie sobre el monte Sión y lo rodeaban ciento cuarenta y cuatro mil personas que llevaban escrito en la frente el nombre del Cordero y el nombre de su Padre.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Y miré, y he aquí el Cordero en pie sobre el monte Sión, y con Él ciento cuarenta y cuatro mil, que tienen su nombre y el nombre de su Padre escrito en sus frentes.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Miré y apareció el Cordero, de pie sobre el monte Sión, y con él ciento cuarenta y cuatro mil que tenían su nombre y el nombre de su Padre escrito en la frente.

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Apocalipsis 14:1
30 Referencias Cruzadas  

»Les aseguro que, a cualquiera que me reconozca delante de los demás, también el Hijo del hombre lo reconocerá delante de los ángeles de Dios.


Como dicen las Escrituras: «Miren que pongo en Sion una piedra que hace tropezar y una roca que hace caer; pero el que confíe en ella no será avergonzado».


Miré, y apareció una nube blanca, sobre la cual estaba sentado alguien que se parecía al Hijo del hombre. En la cabeza tenía una corona de oro y en la mano, una hoz afilada.


Y cantaban un himno nuevo delante del trono y delante de los cuatro seres vivientes y de los líderes. Solo los ciento cuarenta y cuatro mil podían aprender aquel himno. Solo ellos, que habían sido salvados de la tierra, podían aprenderlo. ¡Nadie más podía aprender ese himno!


Después de esto miré hacia el cielo, y vi la tienda del pacto, es decir, el templo, el cual estaba abierto.


lo verán cara a cara, y llevarán su nombre en la frente.


Al vencedor le daré un lugar importante en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí. Sobre él escribiré el nombre de mi Dios. También escribiré el nombre de la nueva Jerusalén, ciudad de mi Dios. Esta ciudad baja del cielo de parte de mi Dios. Además, escribiré sobre él mi nombre nuevo.


Después de esto miré, y allí en el cielo había una puerta abierta. Y la voz que me había hablado antes con la fuerza como de trompeta me dijo: «Sube acá: voy a mostrarte lo que tiene que suceder después de esto».


Miré, ¡y apareció un caballo amarillento! El jinete se llamaba Muerte, y el representante del infierno lo seguía de cerca. Y se les otorgó poder sobre la cuarta parte de la tierra. Podían matar por medio de la espada, el hambre, las epidemias y los animales salvajes de la tierra.


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