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Apocalipsis 11:1 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

1 Se me dio una caña que servía para medir, y se me ordenó: «Levántate y mide el templo de Dios y el altar, y calcula cuántos pueden adorar allí.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

1 Entonces me fue dada una caña semejante a una vara de medir, y se me dijo: Levántate, y mide el templo de Dios, y el altar, y a los que adoran en él.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Luego me fue dada una vara para medir y me fue dicho: «Ve y mide el templo de Dios y el altar, y cuenta el número de adoradores;

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Después me entregaron una vara de medir, diciéndome: 'Vete, mide el Templo de Dios y el altar, y haz el censo de los que vienen a adorar.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Y me fue dada una caña semejante a una vara,° diciendo: Levántate y mide el santuario de Dios,° el altar, y a los que adoran en él;

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Me dieron luego una caña semejante a una vara de medir y me dijeron: 'Levántate y mide el santuario de Dios y el altar y a los que en él adoran.

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Apocalipsis 11:1
15 Referencias Cruzadas  

¿Cómo pueden los ídolos habitar en el templo de Dios? Porque nosotros somos templo del Dios viviente. Como él ha dicho: «Viviré con ellos y caminaré entre ellos. Yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo».


él también los eligió como piedras vivas, con las cuales se está edificando ese templo espiritual. En ese templo ustedes llegan a ser sacerdotes elegidos por Dios, para ofrecer sacrificios espirituales, los cuales Dios acepta por medio de Jesucristo.


Pero ustedes son una familia elegida por Dios, son sacerdotes al servicio del Rey, son su pueblo elegido, pues le pertenecen a él. Dios los eligió para que anunciaran las cosas maravillosas que él ha hecho por ustedes. Él los llamó para que dejaran el pecado y la maldad. Fue como sacarlos de las tinieblas a su luz admirable.


Entonces se me ordenó: «Tienes que volver a comunicar el mensaje de Dios a la gente de muchos pueblos, naciones, idiomas y reyes».


El ángel que hablaba conmigo llevaba una caña de oro para medir la ciudad, sus puertas y su muralla.


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