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2 Timoteo 3:11 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

11 Conoces bien cómo me han perseguido y hecho sufrir mis enemigos. Estás enterado de lo que sufrí en Antioquía, Iconio y Listra, y de los maltratos que soporté. Pero de todo eso me protegió el Señor.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

11 persecuciones, padecimientos, como los que me sobrevinieron en Antioquía, en Iconio, en Listra; persecuciones que he sufrido, y de todas me ha librado el Señor.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 Sabes cuánta persecución y sufrimiento he soportado, y cómo fui perseguido en Antioquía, Iconio y Listra; pero el Señor me rescató de todo eso.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 mi valentía, mis persecuciones y sufrimientos; sabes lo que me pasó en Antioquía, Iconio y Listra. ¡Cuántas persecuciones tuve que sufrir! Pero de todas me libró el Señor.

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 mis persecuciones, mis sufrimientos, como los que me sucedieron en Antioquía,° en Iconio,° en Listra,° como los padecimientos que sufrí, y de todos me libró el Señor.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 mis persecuciones y mis sufrimientos, como los que me sobrevinieron en Antioquía, en Iconio y en Listra. ¡Qué persecuciones tuve que sufrir! Pero de todas ellas me libró el Señor.

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2 Timoteo 3:11
43 Referencias Cruzadas  

Ellos, por su parte, siguieron su viaje desde Perge hasta Antioquía de Pisidia. El sábado entraron en la sinagoga y se sentaron.


Pero, cuando los judíos vieron a tanta gente, se llenaron de envidia. Entonces comenzaron a maldecir a Pablo y a negar lo que este decía.


En Listra vivía un hombre que nació con un problema en sus piernas, de modo que no las podía mover. Nunca había podido caminar. Este hombre estaba sentado,


He pasado muchas dificultades debido a los planes malvados de algunos judíos. Sin embargo, he servido al Señor con toda humildad y con lágrimas.


La discusión se volvió tan violenta que el comandante tuvo miedo de que hicieran pedazos a Pablo. Así que ordenó a los soldados que sacaran a Pablo de allí por la fuerza y lo llevaran al cuartel.


No dejaré que los de tu propio pueblo o los no judíos te hagan daño. Te envío a ellos


Pero Dios me ha ayudado hasta hoy. Por eso me mantengo firme, hablando de esto a todos por igual. No he dicho sino lo que los Profetas y Moisés ya dijeron que sucedería:


Yo le mostraré cuánto tendrá que sufrir por mi nombre.


Pídanle que me libre de caer en manos de los incrédulos que están en Judea, y que los creyentes de Jerusalén reciban bien la ayuda que les llevo.


Pues, así como sufrimos mucho por Cristo, así también por medio de él tenemos mucho consuelo.


Tenemos firme confianza en ustedes. Porque sabemos que, aunque sufren como nosotros, también serán consolados como nosotros.


Por eso siento gozo aun cuando soy débil o soy insultado, cuando tengo necesidades, soy perseguido por enemigos o cuando sufro dificultades por ser fiel a Cristo. Pues, cuando soy débil, entonces soy fuerte.


Me he esforzado, como quien pelea una buena batalla o termina una carrera. Y, al final, he mantenido la fe en Cristo.


Todo esto demuestra que el Señor sabe librar de la tentación a los que viven como Dios quiere. Pero también sabe castigar a los malvados, y lo hará cuando llegue el día del juicio.


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