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2 Timoteo 3:10 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

10 Tú, en cambio, has seguido paso a paso mis enseñanzas, mi manera de vivir, mi propósito y mi fe. Sabes de la paciencia que he tenido, del amor que tengo por los demás y de cómo soporto las dificultades.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

10 Pero tú has seguido mi doctrina, conducta, propósito, fe, longanimidad, amor, paciencia,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 Pero tú, Timoteo, sabes muy bien lo que yo enseño y cómo vivo y cuál es el propósito de mi vida. También conoces mi fe, mi paciencia, mi amor y mi constancia.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 Tú, en cambio, has seguido de cerca mi enseñanza, mi modo de vida, mis proyectos, mi fe, mi paciencia, mi caridad,

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 Pero tú has seguido de cerca mi enseñanza, mi manera de vivir, mi propósito, mi fe, mi longanimidad, mi amor, mi paciencia,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 Pero tú has seguido paso a paso mi enseñanza, mi conducta, mis decisiones, mi fe, mi comprensión, mi amor, mi constancia,

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2 Timoteo 3:10
27 Referencias Cruzadas  

Por lo tanto, yo también, distinguido Teófilo, investigué todo con mucho cuidado desde su origen. Decidí escribírtelo ordenadamente,


Cuando él llegó y vio las evidencias de la bondad de Dios, se alegró. Entonces animó a todos a seguir firmes en la obediencia al Señor.


Se mantenían firmes en la enseñanza de los apóstoles, en la comunión, en el partimiento del pan y en la oración.


Cuando llegaron, les dijo: «Ustedes saben cómo me porté todo el tiempo que estuve con ustedes, desde el primer día que vine a la provincia de Asia.


»Todos los judíos saben cómo he vivido desde mi niñez y juventud entre mi gente y también en Jerusalén.


Les ruego, hermanos en la fe, que se cuiden de los que causan divisiones y dificultades. Esa gente se opone a lo que a ustedes se les ha enseñado. Apártense de ellos.


Esta decisión no la tomé sin pensarlo bien. Cuando hago mis planes no los hago como los hacen en el mundo. Cuando digo «sí» es sí, y cuando digo «no», es no.


Así ya no seremos como niños, que cambian de opinión fácilmente y aceptan como verdad cualquier enseñanza. Pues los falsos maestros son astutos y usan métodos engañosos.


Solo Timoteo se preocupa en verdad por su bienestar,


Pero ustedes conocen la buena conducta de Timoteo, que ha servido conmigo en el anuncio de la buena noticia. Me ha ayudado como un hijo ayuda a su padre.


Pues nuestra buena noticia les llegó no solo con palabras, sino también con demostraciones de poder. Es decir, vieron cómo actúa el Espíritu Santo por medio de nosotros y eso los convenció profundamente. Como bien saben, estuvimos entre ustedes solo para su bien.


Al salir para Macedonia, te encargué que te quedaras en Éfeso. Allí hay unos que dicen ser maestros dando falsas enseñanzas, y te pedí que les ordenaras que dejen de hacerlo.


Si enseñas estas cosas a los creyentes, serás un buen servidor de Cristo Jesús. Serás un servidor que ha alimentado su mente con las verdades de la fe y de la buena enseñanza que paso a paso has seguido.


Tú, en cambio, eres un hombre al servicio de Dios. Huye de todo eso y esfuérzate en hacer lo que es justo, en amar a Dios, en tener fe, en amar a los demás, en ser paciente y humilde.


Eres joven, no dejes que los malos deseos que se dan a tu edad te dominen. Esfuérzate en hacer lo que es justo, en fortalecer tu fe, en amar a los demás y en estar en paz. Vive todo eso junto con los que oran al Señor con toda sinceridad.


Predica el mensaje de Dios, nunca dejes de hacerlo, aunque no parezca ser el mejor momento. Corrige, reprende y anima con mucha paciencia a todos, sin dejar de enseñar.


Pues llegará el tiempo en que no van a querer escuchar la verdadera enseñanza. Al contrario, se dejarán dominar por sus propios deseos, y escucharán a maestros que les digan las cosas que quieren oír.


Me he esforzado, como quien pelea una buena batalla o termina una carrera. Y, al final, he mantenido la fe en Cristo.


Si tú te portas bien, les darás ejemplo en todo. Cuando enseñes, hazlo con honestidad y seriedad.


No hagan caso de ninguna clase de enseñanzas extrañas. Lo mejor es fortalecer el corazón con el amor inmerecido de Dios y no con reglas sobre alimentos. Esas reglas en nada ayudan a quienes las siguen.


Ya que todo será destruido de esa manera, ¿cómo deberían vivir ustedes? Pues deben vivir como Dios manda, haciendo solo el bien


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