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2 Timoteo 2:21 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

21 Si alguien se mantiene alejado del pecado, llegará a ser como un vaso muy especial. Será un vaso que el Señor pondrá aparte de los demás, pues le es útil y está preparado para toda obra buena.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

21 Así que, si alguno se limpia de estas cosas, será instrumento para honra, santificado, útil al Señor, y dispuesto para toda buena obra.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

21 Si te mantienes puro, serás un utensilio especial para uso honorable. Tu vida será limpia, y estarás listo para que el Maestro te use en toda buena obra.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

21 Si alguno, pues, trata de no cometer las faltas de que hablo, será como vajilla noble: será santo, útil al Señor, apropiado para toda obra buena.

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La Biblia Textual 3a Edicion

21 Así que, si alguno se limpia de esas cosas, será un vaso de honra, santificado, útil para su amo, preparado para toda buena obra.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

21 Así, pues, quien se purifique por completo de estas cosas pertenecerá a la vajilla de uso noble, consagrada, útil para el dueño, apta para toda obra buena.

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2 Timoteo 2:21
21 Referencias Cruzadas  

―¡Ve! —insistió el Señor—, porque he elegido a ese hombre como mi instrumento. Él dará a conocer mi nombre tanto a las naciones y a sus reyes como al pueblo de Israel.


El pecado es como la vieja levadura que echa a perder la masa. Durante la Pascua se sacrifica un cordero para que Dios perdone los pecados, y se come un pan nuevo, sin levadura. Celebrar nuestra salvación es como celebrar una Pascua. Cristo es nuestro Cordero de la Pascua, pues fue sacrificado para que Dios perdonara nuestros pecados. Así que, nosotros somos como el pan nuevo, sin levadura, es decir, tenemos una nueva vida, sin pecado.


Queridos hermanos en la fe, ya que Dios nos ha hecho estas promesas, limpiemos nuestro cuerpo y espíritu de todo mal. Respetemos a Dios, porque así llegaremos a ser completamente santos.


Y Dios puede hacer que reciban muchísimas cosas, de modo que siempre, en toda circunstancia, tengan todo lo necesario. De esa manera tendrán para ayudar en gran manera a los demás.


Lo que ahora somos, lo hizo Dios. Él, por medio de Cristo Jesús, nos creó de nuevo para que podamos vivir haciendo el bien. Dios así lo había planeado desde un principio.


Tú, en cambio, eres un hombre al servicio de Dios. Huye de todo eso y esfuérzate en hacer lo que es justo, en amar a Dios, en tener fe, en amar a los demás, en ser paciente y humilde.


Evita las discusiones de los que no creen en Dios, porque los que participan en ellas se alejan cada vez más de la vida que agrada a Dios.


En una casa grande no solo hay vasos de oro y de plata, sino también de madera y de barro. Unos se usan para eventos muy especiales, y otros son para usarlos todos los días.


Toda su enseñanza capacitará completamente al servidor de Dios para que haga lo que es bueno.


Solo Lucas está conmigo. Busca a Marcos y tráelo contigo, para que me ayude en mi trabajo.


Recuérdales a todos que deben mostrarse obedientes y respetuosos ante los gobernantes y las autoridades. Siempre deben estar dispuestos a hacer lo bueno.


Que aprendan los nuestros a esforzarse en hacer el bien, para que atiendan necesidades reales y no lleven una vida inútil.


Este mensaje es digno de confianza, y quiero que lo enseñes una y otra vez, para que los que han creído en Dios se esfuercen en hacer lo bueno. Esto es excelente y provechoso para todos.


Ustedes han aceptado el verdadero mensaje de Dios, y por eso él los ha limpiado de pecado. Ahora aman con amor sincero a sus hermanos en la fe. Así que ámense de todo corazón los unos a los otros.


El oro, aunque no dura para siempre, se prueba por medio del fuego. Así también la fe de ustedes, que vale mucho más que el oro, tiene que pasar por el fuego de las dificultades. De esta manera se demostrará cuánto confían en Dios. Su fe recibirá entonces la aprobación de Jesucristo cuando aparezca de nuevo. Y recibirán no solo aprobación, sino gloria y honor.


Todo el que confía en que Cristo así lo hará deja de vivir pecando, porque Cristo no tiene pecado.


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