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2 Tesalonicenses 2:8 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

8 Entonces se presentará ese malvado, pero el Señor Jesús le quitará su poder con el soplo de su boca y lo destruirá con el glorioso brillo de su venida.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

8 Y entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

8 Entonces el hombre de anarquía será dado a conocer, pero el Señor Jesús lo matará con el soplo de su boca y lo destruirá con el esplendor de su venida.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 Entonces se manifestará el adversario, a quien el Señor ha de barrer con el soplo de su boca y al que derribará cuando venga en su gloria.

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 Entonces será revelado el inicuo (a quien el Señor° matará con el soplo de su boca,° y destruirá con el resplandor de su venida),

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 aparecerá el impío, a quien el Señor [Jesús] destruirá con un soplo de su boca y lo aniquilará con la manifestación de su parusía.

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2 Tesalonicenses 2:8
34 Referencias Cruzadas  

Cuando alguien oye la palabra acerca del reino y no la entiende, viene el maligno y arrebata lo que se sembró en su corazón. Estas son las semillas sembradas junto al camino.


El campo es el mundo, y la buena semilla representa a los que pertenecen al reino. La mala hierba son los que pertenecen al maligno,


Porque el Hijo del hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces recompensará a cada persona según lo que haya hecho.


Les aseguro que algunos de los aquí presentes no sufrirán la muerte sin antes haber visto al Hijo del hombre llegar en su reino.


Eligió a los que este mundo considera los más insignificantes y despreciados. Eligió a los que no valen nada y dejó claro que, en realidad, es el mundo el que no vale nada.


No se dejen engañar por nadie, porque antes de su regreso los enemigos de Dios lucharán en su contra, y el hombre malvado aparecerá, aunque luego será destruido.


que obedezcas lo que te mando. Si haces esto hasta que nuestro Señor Jesucristo vuelva, nadie podrá culparte de algo malo.


Dios nos ha mostrado ese amor enviando a nuestro Salvador Cristo Jesús. Él venció a la muerte y nos mostró con su luz la vida eterna que tenemos al aceptar el mensaje de la buena noticia.


Cristo Jesús vendrá como Rey para juzgar a los vivos y a los muertos. Por eso, delante de Cristo y de Dios, te doy esta importante tarea:


Por lo demás me espera la corona de justicia que el Señor, el juez justo, me dará en aquel día. Me la dará a mí y a todo el que con amor haya esperado su venida.


Viviremos de esa manera mientras esperamos que se cumpla la bendita promesa en la cual confiamos, es decir, la gloriosa venida de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo.


Solo nos queda una terrible espera de juicio. Es decir, el fuego ardiente que ha de devorar a los adversarios de Dios.


No seamos como Caín que pertenecía al diablo y asesinó a su hermano. ¿Y por qué lo hizo? Porque todo lo que hacía era malo y, en cambio, lo que hacía su hermano era bueno.


Sabemos que el que es hijo de Dios no vive pecando, pues Jesucristo, que nació de Dios, lo protege, y el diablo no llega a tocarlo.


En su mano derecha tenía siete estrellas. De su boca salía una aguda espada de dos filos. Su rostro era como el sol cuando brilla en todo su esplendor.


A la bestia se le permitió hablar con orgullo y lanzar ofensas contra Dios. Además, se le dio autoridad para actuar durante cuarenta y dos meses.


De su boca salía una espada afilada, con la que herirá a las naciones. «Las gobernará con mucha dureza». Él mismo exprime uvas para sacar el vino que representa el terrible enojo del Dios Todopoderoso.


Por lo tanto, ¡arrepiéntete! Si no lo haces, iré pronto a ti y pelearé contra ellos. Lo haré con el poder de mi palabra, que es como una espada que sale de mi boca.


El diablo, que los había engañado, será echado al lago de fuego y azufre. Allí también están la bestia y el falso profeta. Ahí los harán sufrir para siempre, de día y de noche.


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