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2 Pedro 3:10 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

10 Pero, en el día de su regreso, el Señor vendrá sin avisar, como lo hace un ladrón cuando quiere robar una casa. En ese día los cielos desaparecerán con un estruendo espantoso. Todo lo que existe será destruido por el fuego, y la tierra, con todo lo que hay en ella, será quemada.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

10 Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 Pero el día del Señor llegará tan inesperadamente como un ladrón. Entonces los cielos desaparecerán con un terrible estruendo, y los mismos elementos se consumirán en el fuego, y la tierra con todo lo que hay en ella quedará sometida a juicio.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 Llegará el día del Señor como hace un ladrón, y entonces los cielos se desarmarán entre un ruido ensordecedor, los elementos se derretirán por el calor y la tierra con todo lo que hay en ella se consumirá.

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 Pero el día del Señor vendrá° como ladrón,° en el cual los cielos desaparecerán con gran estruendo, y los elementos se disolverán con el intenso fuego, y la tierra y las obras que en ella hay serán descubiertas.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 Pero el día del Señor vendrá como un ladrón. En él desaparecerán los cielos con formidable estruendo, los elementos se disolverán abrasados por el fuego y quedará al descubierto la tierra con todas las obras que hay en ella.

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2 Pedro 3:10
36 Referencias Cruzadas  

El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras jamás pasarán.


El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras jamás pasarán.


Pero entiendan esto: Si el dueño de una casa supiera a qué hora va a llegar el ladrón, no lo dejaría forzar la entrada.


Pues la creación no está cumpliendo su propósito, y no es su culpa, sino que así lo decidió Dios. Pero queda la firme esperanza


Él hará que sigan creyendo hasta el final. Así no serán acusados de nada malo en el día que nuestro Señor Jesucristo vuelva.


entreguen a este hombre a Satanás para que su cuerpo sea destruido. De esta manera su espíritu se salvará en el día que el Señor regrese.


lo que ahora entienden en parte. Así podrán sentirse orgullosos de nosotros, como también nosotros de ustedes en el día que el Señor Jesús vuelva.


Ustedes ya saben que el Señor regresará en el día menos esperado, como cuando un ladrón asalta en la noche.


Ustedes, en cambio, hermanos en la fe, conocen bien este asunto, así que el regreso del Señor no los sorprenda como un ladrón en la oscuridad.


Ya que todo será destruido de esa manera, ¿cómo deberían vivir ustedes? Pues deben vivir como Dios manda, haciendo solo el bien


y esperando ansiosamente que llegue el día en que Dios juzgue el mundo. Ese día los cielos serán destruidos por el fuego, y todo lo que existe se derretirá con el calor de las llamas.


Pero, de la misma manera, con una sola orden suya, el cielo y la tierra que ahora existen serán destruidos por el fuego. Ese día del juicio también serán destruidos los malvados.


También hubo ángeles que no mantuvieron su posición de autoridad, sino que abandonaron su propio hogar. A estos, Dios los mantiene siempre encarcelados en la oscuridad, en espera del gran día del juicio.


Recuerden lo que Cristo dijo: «¡Cuidado! ¡Vengo como un ladrón! Dichoso el que se mantenga alerta y vestido; así no tendrá que andar desnudo ni sufrir vergüenza por su desnudez».


Luego vi un gran trono blanco y a alguien que estaba sentado en él. En su presencia desaparecieron la tierra y el cielo, sin dejar rastro alguno.


Después vi un cielo nuevo y una tierra nueva. El primer cielo y la primera tierra habían dejado de existir, lo mismo que el mar.


Así que recuerda lo que has aprendido acerca de Dios, obedécelo y arrepiéntete. Si no te mantienes alerta y en obediencia, cuando menos lo esperes caeré sobre ti como un ladrón.


El firmamento desapareció como cuando se enrolla un pergamino. Todas las montañas y las islas fueron quitadas de su lugar.


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