Biblia Todo Logo
La Biblia Online
- Anuncios -





2 Corintios 8:23 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

23 Tito, por otra parte, es mi compañero y ayudante entre ustedes. En cuanto a los otros dos hermanos en la fe, les digo que son enviados de las iglesias y son gente que honra a Cristo.

Ver Capítulo Copiar


Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

23 En cuanto a Tito, es mi compañero y colaborador para con vosotros; y en cuanto a nuestros hermanos, son mensajeros de las iglesias, y gloria de Cristo.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Nueva Traducción Viviente

23 Si alguien pregunta por Tito, díganle que él es mi colaborador, quien trabaja conmigo para ayudarlos. Y los hermanos que lo acompañan fueron enviados por las iglesias, y le dan honor a Cristo.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Católica (Latinoamericana)

23 Ahí tienen, pues, a Tito, mi compañero y ayudante cerca de ustedes, y con él tienen a hermanos nuestros, delegados de las Iglesias, personas que son la gloria de Cristo.

Ver Capítulo Copiar

La Biblia Textual 3a Edicion

23 En cuanto a Tito, es mi compañero y colaborador entre vosotros; en cuanto a nuestros hermanos, son mensajeros de las iglesias, gloria del Mesías.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Serafín de Ausejo 1975

23 En cuanto a Tito, es mi compañero y colaborador entre vosotros. Respecto a nuestros hermanos, son enviados de las iglesias, son gloria de Cristo.

Ver Capítulo Copiar




2 Corintios 8:23
20 Referencias Cruzadas  

También Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran socios de Simón, estaban sorprendidos. ―No temas; desde ahora serás pescador de personas —le dijo Jesús a Simón.


Entonces llamaron por señas a sus compañeros de la otra barca para que los ayudaran. Ellos se acercaron y llenaron tanto las dos barcas que comenzaron a hundirse.


Les aseguro que ningún siervo es más que su amo. Y ningún mensajero es más que el que lo envió.


El hombre no debe cubrirse la cabeza, ya que él es imagen y gloria de Dios, mientras que la mujer es gloria del hombre.


Le rogué a Tito que fuera a verlos y con él envié al otro hermano en la fe. ¿Acaso se aprovechó Tito de ustedes? ¿No nos comportamos los dos de la misma manera? ¿No sentimos lo mismo por ustedes?


Pero Dios, que consuela a los tristes, nos consoló con la llegada de Tito.


Gracias a Dios que puso en el corazón de Tito la misma preocupación que yo tengo por ustedes.


Junto con él les enviamos a un hermano en la fe que se ha ganado el reconocimiento de todas las iglesias. Él se ha dedicado a predicar el mensaje de la buena noticia.


Además, las iglesias lo eligieron para que nos acompañe cuando llevemos la ofrenda. Y lo hacemos para honrar al Señor y demostrar nuestro gran deseo de servir.


Junto a ellos dos les enviamos a otro de nuestros hermanos en la fe. Este hermano nos ha demostrado muchas veces y de muchas maneras que tiene grandes deseos de ayudar. Ahora tiene más deseos de hacerlo, pues él tiene gran confianza en ustedes.


Por eso le rogamos a Tito que terminara de recolectar esta ayuda tan bondadosa, pues él ya había comenzado a hacerlo.


Ahora bien, creo que es necesario enviarles de vuelta a Epafrodito. Ustedes me enviaron a este hermano en la fe, colaborador y compañero de lucha, para atenderme en mis necesidades.


Y a ti, mi fiel compañero, te pido que ayudes a estas mujeres que han luchado a mi lado en el anuncio de la buena noticia. Han luchado junto con Clemente y los demás colaboradores míos, cuyos nombres están en el libro de la vida.


Así les enseñó Epafras, nuestro querido colaborador y fiel servidor de Cristo para el bien de ustedes.


Y saben también que, a pesar de los sufrimientos y los insultos que antes recibimos en Filipos, nuestra confianza en nuestro Dios creció. Por eso nos atrevimos a comunicarles la buena noticia en medio de una gran lucha.


pues Demas me ha abandonado y se ha ido a Tesalónica. Se fue porque ama las cosas de este mundo. Crescente se ha ido a Galacia y Tito, a Dalmacia.


Esta carta es para ti, Tito, mi verdadero hijo en la fe que compartimos. Les pido a Dios el Padre y a Cristo Jesús nuestro Salvador que te permitan gozar de su inmerecido amor y de su paz.


Así que, si me tienes por compañero, recíbelo como a mí mismo.


También envían saludos Marcos, Aristarco, Demas y Lucas, mis compañeros de trabajo.


Nosotros, por lo tanto, debemos brindarles hospitalidad, y así colaborar con ellos en la enseñanza de la verdad.


Síguenos en:

Anuncios


Anuncios


¡Síguenos en WhatsApp! Síguenos