Biblia Todo Logo
La Biblia Online

- Anuncios -





2 Corintios 7:2 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

2 Hagan lugar para nosotros en su corazón. A nadie hemos herido, a nadie hemos aconsejado mal, de nadie nos hemos aprovechado.

Ver Capítulo Copiar


Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

2 Admitidnos: a nadie hemos agraviado, a nadie hemos corrompido, a nadie hemos engañado.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Por favor, ábrannos su corazón. No le hemos hecho mal a nadie ni hemos llevado a nadie por mal camino ni nos hemos aprovechado de nadie.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Católica (Latinoamericana)

2 Hágannos un lugar entre ustedes: a nadie hemos perjudicado, a nadie hemos rebajado, a nadie hemos estafado.

Ver Capítulo Copiar

La Biblia Textual 3a Edicion

2 Haced lugar para nosotros en vuestros corazones; a nadie agraviamos, a nadie corrompimos, a nadie engañamos.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 Concededme más espacio en vuestro corazón. A nadie hemos perjudicado, a nadie hemos arruinado, a nadie hemos explotado.

Ver Capítulo Copiar




2 Corintios 7:2
23 Referencias Cruzadas  

Cuando estuve entre ustedes y necesité algo, ninguno de ustedes tuvo que darme nada. Fueron los hermanos en la fe que llegaron de Macedonia los que dieron dinero para mis necesidades. He evitado serles una carga en cualquier sentido, y seguiré evitándolo.


No he deseado ni la plata ni el oro ni la ropa de nadie.


No reciban la visita del que enseña algo diferente a esto, ni le den la bienvenida.


Tales individuos no sirven a Cristo nuestro Señor, solo buscan ganancias para sí mismos. Con palabras suaves y bonitas engañan a los sencillos.


»Quien los recibe a ustedes me recibe a mí. Y quien me recibe a mí recibe al que me envió.


Si alguno no los recibe bien ni escucha sus palabras, al salir de esa casa o de ese pueblo, sacúdanse el polvo de los pies.


Así que, si me tienes por compañero, recíbelo como a mí mismo.


Te lo envío de vuelta, aunque eso me pone triste, pues lo quiero mucho.


Dios y ustedes me son testigos de que nos comportamos de manera correcta y justa con ustedes los creyentes. Ninguno nos puede acusar de algo malo.


Aristarco, mi compañero de cárcel, les manda saludos, como también Marcos, el primo de Bernabé. En cuanto a Marcos, ustedes ya han recibido instrucciones; si va a visitarlos, recíbanlo bien.


Recíbanlo como se merece un servidor del Señor, con toda alegría. Traten con honor a los que son como él.


Lo repito: que nadie piense que estoy loco. Pero, aun cuando así me consideren, de todos modos acéptenme, para poder sentirme un poco orgulloso.


No hacemos nada a escondidas, y por eso no sentimos vergüenza de nada. Anunciamos el mensaje de Dios sin cambiarlo en nada y a nadie engañamos. Al contrario, predicamos la verdad con claridad, y por eso la gente confía en nosotros. Dios es testigo de todo esto.


Para nosotros, es motivo de satisfacción el saber que no hemos hecho nada malo. Nos hemos comportado en el mundo, y especialmente entre ustedes, con la honestidad y sinceridad que vienen de Dios. Y lo hemos logrado gracias al amor inmerecido de Dios, y no gracias a nuestra sabiduría humana.


»Cuando entren en un pueblo y los reciban, coman lo que les sirvan.


Síguenos en:

Anuncios


Anuncios