Biblia Todo Logo
La Biblia Online
- Anuncios -





2 Corintios 2:3 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

3 Les escribí como lo hice para que no me causaran tristeza los que debían alegrarme cuando fuera a verlos. Estaba seguro de que todos ustedes se pondrían alegres por mí.

Ver Capítulo Copiar


Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

3 Y esto mismo os escribí, para que cuando llegue no tenga tristeza de parte de aquellos de quienes me debiera gozar; confiando en vosotros todos que mi gozo es el de todos vosotros.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Por eso les escribí como lo hice, para que, cuando llegue, no me causen tristeza los mismos que deberían darme la más grande alegría. Seguramente, todos ustedes saben que mi alegría proviene de que estén alegres.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Por eso les escribí: 'Ojalá que cuando vaya no tenga que entristecerme a causa de los mismos que deberían ser mi alegría. Confío y estoy seguro de que todos podrán compartir mi alegría.

Ver Capítulo Copiar

La Biblia Textual 3a Edicion

3 Y os escribí esto mismo para que, al llegar, no tenga tristeza de parte de los que deben alegrarme; estando confiado en todos vosotros de que mi gozo es el de todos vosotros.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Y esto es precisamente lo que os decía en mi carta: que al llegar ahí no debería yo recibir disgustos de aquellos que me deberían proporcionar alegría; y que confío en todos vosotros en que mi alegría es la de todos vosotros.

Ver Capítulo Copiar




2 Corintios 2:3
17 Referencias Cruzadas  

¿Qué prefieren? ¿Que vaya a verlos con un látigo, o con amor y amabilidad?


Confiando en esto, quise visitarlos primero a ustedes para que recibieran una doble bendición.


Todavía no he ido a Corinto porque no quiero ser tan duro con ustedes. Pongo a Dios por testigo de que así es. Que Dios me quite la vida si miento.


Me he portado como un loco, pero ustedes me han obligado a ello. Ustedes debían hablar bien de mí, pues de ningún modo soy inferior a los tales «superapóstoles», aunque yo no soy nada.


Temo que, al volver a visitarlos, mi Dios me haga sentir vergüenza de ustedes. Eso me haría llorar, pues muchos han pecado desde hace algún tiempo. No se han arrepentido del mal cometido, ni de tener relaciones sexuales prohibidas, ni de los vicios que tienen.


Por eso les escribo todo esto en mi ausencia, para que cuando vaya no tenga que ser estricto en el uso de mi autoridad. El Señor me ha dado esa autoridad para fortalecer su fe, no para destruirla.


Por eso les escribí: para ver si pasan la prueba de la completa obediencia.


Así que, a pesar de que les escribí, no fue por causa del ofensor ni del ofendido. Más bien fue para que delante de Dios se dieran cuenta por ustedes mismos de cuánto interés tienen en nosotros.


Me alegra saber que puedo confiar plenamente en ustedes.


Pero Dios, que consuela a los tristes, nos consoló con la llegada de Tito.


Aunque mi carta los llenó de tristeza, no me arrepiento de haberla enviado. Es verdad que antes lamenté haberla enviado, porque me di cuenta de que por un tiempo los había entristecido.


Junto a ellos dos les enviamos a otro de nuestros hermanos en la fe. Este hermano nos ha demostrado muchas veces y de muchas maneras que tiene grandes deseos de ayudar. Ahora tiene más deseos de hacerlo, pues él tiene gran confianza en ustedes.


Yo por mi parte confío en el Señor que ustedes no pensarán de otra manera. El que les está enseñando mentiras será castigado, sea quien sea.


El Señor nos da la confianza de que ustedes cumplen y seguirán cumpliendo lo que les hemos ordenado.


Te escribo confiado en tu obediencia, seguro de que harás aún más de lo que te pido.


Síguenos en:

Anuncios


Anuncios


¡Síguenos en WhatsApp! Síguenos