Biblia Todo Logo
La Biblia Online
- Anuncios -





2 Corintios 12:9 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

9 Pero él me dijo: «Mi amor es todo lo que tú necesitas, porque mi poder se hace más presente en tu debilidad». Por lo tanto, prefiero sentirme orgulloso de mis debilidades para que permanezca sobre mí el poder de Cristo.

Ver Capítulo Copiar


Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

9 Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Nueva Traducción Viviente

9 Cada vez él me dijo: «Mi gracia es todo lo que necesitas; mi poder actúa mejor en la debilidad». Así que ahora me alegra jactarme de mis debilidades, para que el poder de Cristo pueda actuar a través de mí.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Católica (Latinoamericana)

9 pero me dijo: 'Te basta mi gracia, mi mayor fuerza se manifiesta en la debilidad'. Con mucho gusto, pues, me preciaré de mis debilidades, para que me cubra la fuerza de Cristo.

Ver Capítulo Copiar

La Biblia Textual 3a Edicion

9 y me ha dicho: Bástate mi gracia, porque el° poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, gustosamente me gloriaré más bien en mis debilidades, para que resida en mí el poder del Mesías.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 Pero él me dijo: 'Te basta mi gracia; pues mi poder se manifiesta en la flaqueza'. Muy a gusto, pues, me gloriaré de mis flaquezas, para que en mí resida el poder de Cristo.

Ver Capítulo Copiar




2 Corintios 12:9
38 Referencias Cruzadas  

Jesús se acercó entonces a ellos y les dijo: ―Se me ha dado toda autoridad en el cielo y en la tierra.


Enséñenles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Y les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo.


Pues yo mismo les daré palabras adecuadas y sabiduría para responder. Ningún enemigo podrá resistirles ni contradecirles.


Ustedes no han sufrido ninguna tentación que no hayan sufrido otras personas. Pero Dios es fiel y no permitirá que ustedes sean tentados más allá de lo que puedan aguantar. Más bien, cuando llegue la tentación, él les dará también una salida para que puedan resistir.


Pero soy apóstol gracias al amor de Dios, aunque no merezco ese amor. Ese amor por mí ha dado resultados, pues he trabajado con más fuerza que los demás apóstoles. Sin embargo, reconozco que no soy yo quien lo ha logrado. Ha sido obra de Dios, quien me ha amado sin yo merecerlo.


Es más, cuando me presenté ante ustedes, me sentía sin importancia y temblaba de miedo.


Lo hice así para que la fe de ustedes no dependiera de la sabiduría humana, sino del poder de Dios.


Si me veo obligado a sentirme orgulloso, estaré orgulloso de mi debilidad.


Me veo obligado a hablar bien de mí mismo, aunque nada se gane con ello. Les contaré de las visiones y revelaciones que el Señor me ha dado.


Por eso siento gozo aun cuando soy débil o soy insultado, cuando tengo necesidades, soy perseguido por enemigos o cuando sufro dificultades por ser fiel a Cristo. Pues, cuando soy débil, entonces soy fuerte.


Así que de buena gana gastaré todo lo que tengo, y hasta yo mismo me desgastaré del todo por ustedes. Si los amo tanto, ¿me amarán ustedes menos?


Yo podría hablar muy bien de ese hombre, pero no de mí mismo. Solo puedo hablar de mis debilidades.


Él es inmensamente rico y poderoso. Por eso le pido en oración que, por medio del Espíritu, les dé un espíritu fuerte, para que no se desanimen por nada.


Todo lo puedo soportar por medio de Cristo que me fortalece.


Dios, con su glorioso poder, les dará fuerzas para que puedan seguir creyendo y soportando toda dificultad.


Pero el amor de nuestro Señor fue grande. No merezco ese amor, pero él me dio la fe y el amor que hay en Cristo Jesús.


apagaron la furia de las llamas. Por la fe escaparon de morir a filo de espada. Convirtieron su debilidad en fortaleza. Lucharon valientemente en la guerra y pusieron en fuga a ejércitos extranjeros.


Así que acerquémonos con confianza al trono de Dios, pues allí, aunque no lo merecemos, encontraremos amor. Allí recibiremos misericordia y hallaremos que su amor inmerecido nos ayuda en el momento que más lo necesitemos.


Síguenos en:

Anuncios


Anuncios


¡Síguenos en WhatsApp! Síguenos