2 Corintios 10:6 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

⁶ Estamos dispuestos a castigar cualquier acto de desobediencia. Y lo haremos hasta contar con la completa obediencia de ustedes.

Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

⁶ y estando prontos para castigar toda desobediencia, cuando vuestra obediencia sea perfecta.

Biblia Nueva Traducción Viviente

⁶ y una vez que ustedes lleguen a ser totalmente obedientes, castigaremos a todo el que siga en desobediencia.

Biblia Católica (Latinoamericana)

⁶ y estamos dispuestos a castigar toda desobediencia en cuanto contemos con la total obediencia de ustedes.

La Biblia Textual 3a Edicion

⁶ estando dispuestos a castigar° toda desobediencia, cuando vuestra obediencia sea completa.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

⁶ y estamos dispuestos a castigar cualquier rebeldía, cuando se haya logrado vuestra sumisión.

2 Corintios 10:6 Referencias Cruzadas

Romanos 2:23

Tú que te sientes orgulloso de la Ley, ¿avergüenzas a Dios desobedeciendo la Ley?

1 Corintios 4:21

¿Qué prefieren? ¿Que vaya a verlos con un látigo, o con amor y amabilidad?

2 Corintios 13:10

Por eso les escribo todo esto en mi ausencia, para que cuando vaya no tenga que ser estricto en el uso de mi autoridad. El Señor me ha dado esa autoridad para fortalecer su fe, no para destruirla.

2 Corintios 13:2

Cuando estuve con ustedes por segunda vez les advertí, y aunque ahora estoy ausente se lo repito: Cuando vuelva a verlos, seré muy duro con los que antes o después hayan pecado.

2 Corintios 2:9

Por eso les escribí: para ver si pasan la prueba de la completa obediencia.

2 Corintios 7:15

Ahora Tito les tiene aún más cariño, pues recuerda que todos ustedes fueron obedientes y lo recibieron con muchísimo respeto.

1 Timoteo 1:20

Mira por ejemplo a Himeneo y Alejandro. Ellos ofendieron a Dios, así que los he entregado a Satanás, para que aprendan la lección.

3 Juan 1:10

Por eso, si voy, no dejaré de reclamarle por su mal comportamiento. Pues él, con palabras malintencionadas, habla contra nosotros solo por hablar. Como si fuera poco, ni siquiera recibe a los hermanos en la fe que llegan de visita. Si alguien los quiere recibir, no le permite hacerlo y lo echa fuera de la iglesia.