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1 Pedro 3:1 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

1 Así mismo, esposas, obedezcan a sus esposos. Es probable que algunos de ellos no creen en el mensaje de la buena noticia. Pero, si las esposas tienen un buen comportamiento, ellos pueden llegar a creer sin que se les diga nada.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

1 Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos; para que también los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 De la misma manera, ustedes esposas, tienen que aceptar la autoridad de sus esposos. Entonces, aun cuando alguno de ellos se niegue a obedecer la Buena Noticia, la vida recta de ustedes les hablará sin palabras. Ellos serán ganados

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Igualmente ustedes, mujeres, obedezcan a sus maridos. Si alguno de ellos se opone a la Palabra, será ganado por la conducta de sus mujeres mejor que por discursos,

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 De la misma manera, esposas, estad sujetas a vuestros propios maridos,° para que también los que no creen a la Palabra, sean° ganados sin palabra por la conducta de sus esposas,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Asimismo, vosotras, mujeres, sed sumisas a vuestros maridos, para que si algunos se muestran rebeldes a la palabra, sin palabra alguna sean conquistados por la conducta de las mujeres,

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1 Pedro 3:1
26 Referencias Cruzadas  

»Si tu hermano peca contra ti, ve a solas con él y hazle ver su falta. Si te hace caso, has ganado a tu hermano.


Sin embargo, no todos los israelitas aceptaron la buena noticia. Isaías dice: «Señor, ¿quién ha creído a nuestro mensaje?».


Pero, gracias a Dios, aunque antes eran esclavos del pecado, ahora viven obedeciendo de corazón la enseñanza que les fue dada.


Por ejemplo, la casada está unida por ley a su esposo solo mientras este vive. Pero, si su esposo muere, ella queda libre de la ley que la unía a su esposo.


Ahora bien, quiero que entiendan que Cristo tiene autoridad sobre todo hombre, mientras que el hombre tiene autoridad sobre la mujer y Dios tiene autoridad sobre Cristo.


guarden las mujeres silencio, pues no les está permitido hablar. Que muestren respeto, como lo establece la Ley.


¿Cómo sabes tú, mujer, si acaso salvarás a tu esposo? ¿O cómo sabes tú, hombre, si acaso salvarás a tu esposa?


En todo caso, cada uno de ustedes debe amar a su esposa como se ama a sí mismo, y la esposa debe respetar a su esposo.


Esposas, obedezcan a sus esposos, pues así deben comportarse quienes creen en el Señor.


Traten con sabiduría a los que no creen en Cristo, aprovechando al máximo cada oportunidad de hablarles del mensaje.


Regresará para castigar a los que no aceptan a Dios ni obedecen el mensaje de la buena noticia de nuestro Señor Jesús.


Por la fe Abraham obedeció a Dios cuando lo llamó. Por eso, salió para ir a un lugar que más tarde recibiría como herencia. Y salió sin saber a dónde iba.


Así fue como Dios lo hizo perfecto, para que llegara a ser autor de salvación eterna para todos los que lo obedecen.


Ustedes han aceptado el verdadero mensaje de Dios, y por eso él los ha limpiado de pecado. Ahora aman con amor sincero a sus hermanos en la fe. Así que ámense de todo corazón los unos a los otros.


Les bastará ver la buena conducta y el respeto de sus esposas.


De igual manera, ustedes esposos, sean comprensivos con sus esposas. Cada uno debe tratar a su esposa con respeto, ya que como mujer es más delicada. Recuerden que a ambos les ha prometido Dios la vida eterna. Si hacen esto, Dios escuchará sus oraciones.


Porque es tiempo de que el juicio comience por la familia de Dios. Y, si comienza por nosotros, y nos toca sufrir de esta manera, ¿qué les espera a los que rechazan el mensaje de la buena noticia de Dios?


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