1 Juan 4:7 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

⁷ Queridos hermanos en la fe, amémonos los unos a los otros, porque el amor viene de Dios. Todo el que ama es hijo de Dios y conoce a Dios.

Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

⁷ Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios.

Biblia Nueva Traducción Viviente

⁷ Queridos amigos, sigamos amándonos unos a otros, porque el amor viene de Dios. Todo el que ama es un hijo de Dios y conoce a Dios;

Biblia Católica (Latinoamericana)

⁷ Queridos míos, amémonos unos a otros, porque el amor viene de Dios. Todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios.

La Biblia Textual 3a Edicion

⁷ Amados, amémonos unos a otros, porque el amor procede de Dios; todo el que ama, es nacido de Dios y conoce a Dios.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

⁷ Queridos míos, amémonos unos a otros porque el amor es de Dios. Quien ama ha nacido de Dios y conoce a Dios.

1 Juan 4:7 Referencias Cruzadas

Juan 13:34

»Este mandamiento nuevo les doy: que se amen los unos a los otros. Así como yo los he amado, también ustedes deben amarse los unos a los otros.

Juan 17:3

Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien tú has enviado.

1 Corintios 8:3

Pero el que ama a Dios es conocido por él.

2 Corintios 4:6

Pues Dios, que ordenó: «¡Que la luz brille en la oscuridad!», hizo brillar su luz en nuestra mente para que viéramos con claridad la gloria de Dios que brilla en el rostro de Jesucristo.

Gálatas 4:9

Pero ahora conocen a Dios; o, más bien, Dios los conoce a ustedes. Entonces, ¿cómo es que quieren volver a estar dominados por esos poderes inútiles y sin valor? ¿Quieren volver a ser esclavos de ellos?

Gálatas 5:22

En cambio, los que viven guiados por el Espíritu muestran amor por los demás, son alegres y tienen paz. El Espíritu los hace tener paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad,

2 Timoteo 1:7

Pues Dios no nos ha dado su Espíritu para que vivamos con timidez, sino con poder, amor y dominio propio.

1 Pedro 1:22

Ustedes han aceptado el verdadero mensaje de Dios, y por eso él los ha limpiado de pecado. Ahora aman con amor sincero a sus hermanos en la fe. Así que ámense de todo corazón los unos a los otros.

1 Juan 2:10

El que ama a su hermano en la fe vive con honestidad, vive en la luz, y no hay nada que lo haga pecar.

1 Juan 2:29

Ustedes reconocen que Jesucristo es justo. Entonces, también reconozcan que todo el que vive haciendo el bien es un hijo de Dios.

1 Juan 2:3

La prueba de que conocemos a Dios es que obedecemos sus mandamientos.

1 Juan 2:4

El que dice: «Yo conozco a Dios», pero no obedece sus mandamientos es un mentiroso y no dice la verdad.

1 Juan 2:7

Queridos hermanos en la fe, no les estoy escribiendo un mandamiento nuevo. Les escribo un mandamiento antiguo que ustedes han conocido desde el principio. Este mandamiento antiguo es el mensaje que ya oyeron.

1 Juan 3:9

Ningún hijo de Dios puede seguir pecando, porque la vida de Dios permanece en él. Así que un hijo de Dios no puede seguir pecando.

1 Juan 4:11

Queridos hermanos en la fe, no hay duda de que Dios nos ha amado mucho. Por eso, también nosotros debemos amarnos los unos a los otros.

1 Juan 4:12

Nadie ha visto jamás a Dios, pero, si nos amamos los unos a los otros, Dios vive en nosotros. Así su amor estará en nosotros de manera perfecta.

1 Juan 4:16

Y nosotros hemos llegado a saber y creer que Dios nos ama. Dios es amor y, por eso, el que ama a los demás está perfectamente unido a Dios.

1 Juan 4:20

Si alguien afirma: «Yo amo a Dios», pero odia a su hermano en la fe, es un mentiroso. Pues el que no ama a su hermano, a quien ha visto, no puede amar a Dios, a quien no ha visto.

1 Juan 4:8

El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor.

1 Juan 5:1

Todo el que cree que Jesús es el Cristo es un hijo de Dios. Y todo el que ama al Padre también ama a sus hijos.

2 Juan 1:5

Y ahora, hermanos en la fe, les ruego que nos amemos los unos a los otros. Y no es que les esté escribiendo un mandamiento nuevo. En realidad, es el mandamiento que hemos recibido desde el principio.