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1 Juan 2:1 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

1 A ustedes los considero como hijos muy queridos. Por eso les escribo estas cosas para que no pequen. Pero, si alguno peca, tenemos ante el Padre a un defensor, a Jesucristo, el Justo.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

1 Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Mis queridos hijos, les escribo estas cosas, para que no pequen; pero si alguno peca, tenemos un abogado que defiende nuestro caso ante el Padre. Es Jesucristo, el que es verdaderamente justo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Hijitos míos, les he escrito esto para que no pequen; pero si uno peca, tenemos un defensor ante el Padre, Jesucristo, el Justo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Hijitos° míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno peca, Paracleto° tenemos ante el Padre: a Jesús el Mesías, el justo,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Hijitos míos, os escribo esto para que no pequéis. Pero si alguno peca, abogado tenemos ante el Padre: a Jesucristo, el justo.

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1 Juan 2:1
47 Referencias Cruzadas  

»Mi Padre me ha entregado todas las cosas. Nadie sabe quién es el Hijo, sino el Padre, y nadie sabe quién es el Padre, sino el Hijo y aquel a quien el Hijo quiera revelarlo».


así como el Padre me conoce a mí y yo lo conozco a él. Yo doy mi vida por las ovejas.


»Mis queridos hijos, poco tiempo me queda para estar con ustedes. Me buscarán, y lo que antes les dije a los judíos, ahora se lo digo a ustedes: Adonde yo voy, ustedes no pueden ir.


Y yo le pediré al Padre, y él les dará otro Consolador para que los acompañe siempre:


―Yo soy el camino, la verdad y la vida —le contestó Jesús—. Nadie llega al Padre sino por mí.


―Muchachos, ¿tienen algo de comer? —les preguntó Jesús. ―No —respondieron ellos.


Después de esto, Jesús lo encontró en el Templo y le dijo: ―Mira, ya has quedado sano. No vuelvas a pecar, no sea que te ocurra algo peor.


»El testimonio con que yo cuento tiene más peso que el de Juan. Las cosas que el Padre me ha encomendado que lleve a cabo, las estoy haciendo. Y son estas mismas acciones las que testifican que el Padre me ha enviado.


No trabajen por la comida que pronto se acaba. Trabajen por la que permanece para vida eterna. Esa comida se la dará el Hijo del hombre, sobre quien Dios el Padre ha puesto su sello de aprobación.


―Nadie, Señor. Jesús le dijo: ―Tampoco yo te condeno. Ahora vete y no vuelvas a pecar.


¿A cuál de los profetas no persiguieron sus antepasados? Ellos mataron a los que de antemano anunciaron la venida del Justo. Y ahora ustedes lo han traicionado y asesinado.


Cuando éramos enemigos de Dios, fuimos reconciliados con él mediante la muerte de su Hijo. Entonces, ¡con mucha más razón seremos salvados ahora que él vive!


Entonces, ¿qué? ¿Vamos a pecar porque no estamos ya bajo la Ley, sino bajo el amor y la bondad de Dios? ¡De ninguna manera!


¿Quién los castigará? Nadie, pues Cristo Jesús murió por ellos, y también resucitó, y está a la derecha de Dios. Y desde ese sitio de honor ruega a Dios por nosotros.


Corrijan su manera de pensar y dejen de pecar. Algunos de ustedes no conocen a Dios en verdad —para que sientan vergüenza lo digo—.


Cristo no cometió pecado alguno, pero, por amor a nosotros, Dios lo trató como pecador, para declararnos justos por medio de Cristo.


Yo los amo como si fueran mis hijos. Me parezco a una madre con dolores de parto, pues seguiré sufriendo hasta que los vea vivir como Cristo.


Pues gracias a lo que él hizo podemos acercarnos al Padre por medio de un mismo Espíritu.


«Si se enojan, no pequen». No permitan que el enojo les dure hasta la puesta del sol.


Porque hay un solo Dios y solo hay uno que puede ponernos en paz con Dios, y ese es Jesucristo. Él es el hombre


Aunque espero ir pronto a verte, por ahora te escribo estas instrucciones. Así,


En efecto, Cristo no entró en un santuario hecho por manos humanas, que era solo copia del verdadero santuario. Él entró en el cielo mismo, para presentarse ahora ante Dios en favor nuestro.


La religión pura y sin defecto delante de Dios el Padre es esta: ayudar a los huérfanos y a las viudas en sus dificultades. Y, además, no dejarse dominar por la maldad del mundo.


Con la lengua bendecimos a nuestro Señor y Padre. También con ella maldecimos a las personas, creadas semejantes a Dios.


«Él no cometió ningún pecado, ni de su boca salieron mentiras».


Porque Cristo murió para perdonar nuestros pecados una sola vez, y es suficiente. Él, que era justo, murió por nosotros, que éramos injustos. Así nos acercó a Dios. Él sufrió la muerte en su cuerpo, pero el Espíritu hizo que volviera a la vida.


Queridos hijos en la fe, si decimos que amamos, hagámoslo con sinceridad. ¡Demostremos con hechos que nuestro amor es verdadero!


Pero ustedes saben que Jesucristo vino para quitar nuestros pecados. Y él no tiene pecado.


Queridos hijos en la fe, que nadie los engañe. El que hace lo bueno se comporta como una persona justa, así como Jesucristo es justo.


Ustedes, queridos hijos en la fe, pertenecen a Dios y han vencido a esos falsos profetas. Y lo han hecho porque el Espíritu que está en ustedes es más poderoso que el enemigo que está en el mundo.


Toda maldad es pecado, pero hay pecado que no lleva a la muerte.


Queridos hijos en la fe, apártense de los dioses falsos.


Nada me produce más alegría que oír que aquellos a quienes amo como si fueran mis hijos practican la verdad que se les enseñó.


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