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1 Corintios 4:17 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

17 Con este propósito les envié a Timoteo, a quien amo como a un hijo. Él es fiel al Señor y les recordará que me comporto como un verdadero seguidor de Cristo Jesús. Así lo enseño por todas partes y en todas las iglesias.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

17 Por esto mismo os he enviado a Timoteo, que es mi hijo amado y fiel en el Señor, el cual os recordará mi proceder en Cristo, de la manera que enseño en todas partes y en todas las iglesias.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

17 Por esa razón les envié a Timoteo, mi fiel y amado hijo en el Señor. Él les recordará la manera en que sigo a Cristo Jesús, así como lo enseño en todas las iglesias en todas partes.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

17 Con este fin les envío a Timoteo, mi querido hijo, hombre digno de confianza en el Señor. El les recordará mis normas de vida cristiana, las mismas que enseño por todas partes y en todas las Iglesias.

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La Biblia Textual 3a Edicion

17 Por esto mismo os envié a Timoteo, quien es mi hijo amado y fiel en el Señor, el cual os recordará mi proceder en el Mesías, tal como enseño dondequiera en toda iglesia.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

17 Por esto mismo os envío a Timoteo, hijo mío querido y fiel en el Señor: él os recordará mi conducta en Cristo [Jesús], acorde con lo que por todas partes enseño en todas las iglesias.

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1 Corintios 4:17
33 Referencias Cruzadas  

»¿Quién es el siervo fiel y prudente a quien su señor ha dejado encargado de los sirvientes para darles la comida a su debido tiempo?


Su señor le respondió: “¡Hiciste bien, siervo bueno y fiel! En lo poco has sido fiel; te pondré a cargo de mucho más. ¡Ven a compartir la felicidad de tu señor!”.


Su señor le respondió: “¡Hiciste bien, siervo bueno y fiel! Has sido fiel en lo poco; te pondré a cargo de mucho más. ¡Ven a compartir la felicidad de tu señor!”.


Pablo llegó a Derbe y después a Listra. Allí se encontró con un discípulo llamado Timoteo, que era hijo de una mujer judía creyente, pero de padre griego.


Si alguien insiste en discutir este asunto, tenga en cuenta que nosotros no tenemos otra costumbre, y tampoco las iglesias de Dios.


Los felicito, porque ustedes se acuerdan de mí en todo y retienen las enseñanzas, tal como se las transmití.


Si alguno tiene hambre, que coma en su casa, para que las reuniones de ustedes no hagan enojar a Dios y los castigue. En cuanto a los demás asuntos, ya les diré qué hacer cuando los visite.


Pues Dios no es un Dios de desorden, sino de paz. Como es costumbre en nuestras iglesias,


En cuanto al dinero que se recolecta para ayudar a los creyentes, sigan las instrucciones que di a las iglesias de Galacia.


Si llega Timoteo, procuren que se sienta cómodo entre ustedes, porque él trabaja para el Señor al igual que yo.


No les escribo esto para avergonzarlos. Tómenlo como una advertencia de mi parte, pues los amo como si fueran hijos míos.


Ustedes podrían tener diez mil maestros que les enseñen acerca de Cristo, pero no tienen a muchos que los cuiden como lo hace un padre. Pues, cuando les anuncié el mensaje de la buena noticia y ustedes creyeron en Cristo Jesús, llegué a ser como un padre para ustedes.


Ahora bien, a los que se les encarga una tarea se les exige que demuestren ser dignos de confianza.


En cualquier caso, cada uno debe seguir viviendo en la misma condición que el Señor le asignó. Quédense así como estaban cuando Dios los llamó a ser parte de su iglesia. Esta es la regla que doy a todas las iglesias.


En cuanto a las personas solteras, no tengo ningún mandato del Señor, pero les daré mi opinión. Y, gracias a la misericordia de Cristo, creo que pueden confiar en mí.


Junto con él les enviamos a un hermano en la fe que se ha ganado el reconocimiento de todas las iglesias. Él se ha dedicado a predicar el mensaje de la buena noticia.


Tíquico, nuestro querido hermano en la fe, es un fiel servidor del Señor. Él les contará todo, para que también ustedes sepan cómo me va y qué estoy haciendo.


Tengo la confianza de que el Señor Jesús pronto me permitirá enviarles a Timoteo, para que también yo cobre ánimo al recibir noticias de ustedes.


Pero ustedes conocen la buena conducta de Timoteo, que ha servido conmigo en el anuncio de la buena noticia. Me ha ayudado como un hijo ayuda a su padre.


Así les enseñó Epafras, nuestro querido colaborador y fiel servidor de Cristo para el bien de ustedes.


Va acompañado de Onésimo, querido y fiel hermano en la fe, que es parte de su iglesia. Ellos los pondrán al tanto de todo lo que sucede aquí.


Timoteo, tú eres como un hijo para mí. Todo esto que te pido hacer tiene que ver con las profecías que se dijeron acerca de ti. Toma en cuenta esas palabras y pelea la buena batalla,


Esta carta va dirigida a ti, Timoteo, mi verdadero hijo en la fe. Les pido a Dios el Padre y a Cristo Jesús nuestro Señor que te permitan gozar de su inmerecido amor, de su bondad y de su paz.


Esta carta va dirigida a ti, Timoteo, mi querido hijo en la fe. Les pido a Dios el Padre y a Cristo Jesús nuestro Señor que te permitan gozar de su inmerecido amor, de su misericordia y de su paz.


Tú has escuchado mis enseñanzas en presencia de muchos testigos. Ahora te pido que busques a creyentes dignos de confianza y que les enseñes todo eso. Que sean capaces de enseñar, para que pasen la enseñanza a otros.


Tú, en cambio, has seguido paso a paso mis enseñanzas, mi manera de vivir, mi propósito y mi fe. Sabes de la paciencia que he tenido, del amor que tengo por los demás y de cómo soporto las dificultades.


Te dejé en Creta para que pusieras en orden lo que quedaba por hacer y en cada pueblo nombraras líderes de la iglesia, de acuerdo con las instrucciones que te di.


No tengas miedo de lo que estás por sufrir. Debes saber que el diablo meterá en la cárcel a algunos de ustedes. Lo hará para ponerlos a prueba; y tendrán que sufrir durante diez días. Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida.


Sé que vives allí donde Satanás tiene su trono. Sin embargo, sigues confiando en mí. No has abandonado tu fe en mí. Ni siquiera lo hiciste cuando mataron a Antípas, quien fielmente hablaba de mí. A él lo mataron en esa ciudad donde vive Satanás.


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