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1 Corintios 4:14 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

14 No les escribo esto para avergonzarlos. Tómenlo como una advertencia de mi parte, pues los amo como si fueran hijos míos.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

14 No escribo esto para avergonzaros, sino para amonestaros como a hijos míos amados.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

14 No les escribo estas cosas para avergonzarlos, sino para advertirles como mis amados hijos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

14 No les escribo esto para avergonzarlos, sino para amonestarlos como a hijos muy queridos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

14 No os escribo estas cosas para avergonzaros,° sino que os amonesto como a hijos míos amados.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

14 No os escribo estas cosas para avergonzaros, sino para haceros una advertencia como a hijos míos queridos.

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1 Corintios 4:14
19 Referencias Cruzadas  

Así que estén alerta. Recuerden que día y noche, durante tres años, no he dejado de aconsejar con lágrimas a cada uno en particular.


Corrijan su manera de pensar y dejen de pecar. Algunos de ustedes no conocen a Dios en verdad —para que sientan vergüenza lo digo—.


Ustedes podrían tener diez mil maestros que les enseñen acerca de Cristo, pero no tienen a muchos que los cuiden como lo hace un padre. Pues, cuando les anuncié el mensaje de la buena noticia y ustedes creyeron en Cristo Jesús, llegué a ser como un padre para ustedes.


Con este propósito les envié a Timoteo, a quien amo como a un hijo. Él es fiel al Señor y les recordará que me comporto como un verdadero seguidor de Cristo Jesús. Así lo enseño por todas partes y en todas las iglesias.


Digo esto para que les dé vergüenza. ¿Acaso no hay entre ustedes nadie lo bastante sabio como para juzgar un pleito entre creyentes?


Pero no me he aprovechado de ninguno de estos derechos. No escribo de esta manera porque quiera reclamarlos. Prefiero morir a que alguien me quite este motivo de orgullo.


Ustedes pensarán que no los amo al decirles esto. ¡Pero Dios sabe que los amo!


A lo mejor están pensando que ahora nos estamos disculpando. ¡Dios es testigo de que no es así, porque nosotros pertenecemos a Cristo! Todo lo que hacemos, queridos hermanos en la fe, es para que su fe sea cada vez más fuerte.


No digo esto para criticarlos. Ya les he dicho que ustedes ocupan un lugar especial en nuestro corazón y que con ustedes viviríamos o moriríamos.


Es por eso que hablamos de Cristo a todos, y les damos consejos y enseñamos con toda sabiduría. Lo hacemos para presentarlos delante de Dios como creyentes maduros gracias a Cristo.


Saben también que a cada uno de ustedes los hemos tratado como trata un padre a sus propios hijos.


Hermanos en la fe, también les rogamos que llamen la atención a los perezosos, denles ánimo a los desanimados, ayuden a los débiles y sean pacientes con todos.


Si alguno no obedece las instrucciones que les damos en esta carta, no se relacionen con él, para que le dé vergüenza.


Te suplico que trates bien a Onésimo, quien es mi hijo en la fe. A él le hablé de Cristo mientras yo estaba preso.


A ustedes los considero como hijos muy queridos. Por eso les escribo estas cosas para que no pequen. Pero, si alguno peca, tenemos ante el Padre a un defensor, a Jesucristo, el Justo.


Nada me produce más alegría que oír que aquellos a quienes amo como si fueran mis hijos practican la verdad que se les enseñó.


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