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1 Corintios 4:10 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

10 Por seguir a Cristo, nos consideran unos tontos. A ustedes, en cambio, por seguir a Cristo, los consideran sabios. Los débiles somos nosotros; los fuertes son ustedes. A ustedes se les estima; a nosotros se nos desprecia.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

10 Nosotros somos insensatos por amor de Cristo, mas vosotros prudentes en Cristo; nosotros débiles, mas vosotros fuertes; vosotros honorables, mas nosotros despreciados.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 Nuestra entrega a Cristo nos hace parecer tontos, en cambio, ¡ustedes afirman ser tan sabios en Cristo! Nosotros somos débiles, ¡pero ustedes son tan poderosos! A ustedes los estiman, ¡a nosotros nos ridiculizan!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 Nosotros somos unos locos por Cristo, ustedes tienen la sabiduría cristiana. Nosotros somos débiles y ustedes fuertes. Ustedes son gente considerada y nosotros despreciados.

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 Nosotros, necios por amor del Mesías, vosotros prudentes en el Mesías, nosotros débiles, vosotros fuertes; vosotros, honorables, nosotros, sin honor.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 nosotros, insensatos por Cristo; vosotros, sensatos en Cristo: nosotros débiles, vosotros fuertes; vosotros estimados, nosotros despreciados.

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1 Corintios 4:10
38 Referencias Cruzadas  

»Entonces los entregarán a ustedes para que los persigan y los maten, y los odiarán todas las naciones por causa de mi nombre.


»Dichosos serán ustedes cuando por mi causa la gente los insulte, los persiga y diga contra ustedes toda clase de mentiras.


»El que los escucha a ustedes me escucha a mí. El que los rechaza a ustedes me rechaza a mí. Y el que me rechaza a mí rechaza al que me envió».


Jesús les habló a unos que, confiando en sí mismos, se creían justos y despreciaban a los demás. A ellos les contó esta parábola:


Dichosos serán ustedes cuando los odien, cuando los echen de su lado, los insulten y los desprecien por causa del Hijo del hombre.


Algunos filósofos epicúreos y estoicos se pusieron a conversar con él. Unos decían: «¿Qué querrá decir este charlatán?». Otros comentaban: «Parece que es predicador de dioses extranjeros». Decían esto porque Pablo les anunciaba la buena noticia de Jesús y de la resurrección.


Cuando oyeron de la resurrección, unos se burlaron; pero otros le dijeron: ―Queremos que usted nos hable en otra ocasión sobre este tema.


Al llegar Pablo a este punto de su defensa, Festo interrumpió. ―¡Estás loco, Pablo! —le gritó—. El mucho estudio te ha hecho perder la cabeza.


Yo le mostraré cuánto tendrá que sufrir por mi nombre.


Dios es sabio, y por eso no quiso que el mundo lo conociera mediante la sabiduría humana. En cambio, decidió salvar a los que creen, por medio de la predicación de un mensaje que parece locura.


En cambio, nosotros predicamos de la muerte de Cristo en la cruz. Para los judíos este mensaje es una ofensa y para los no judíos es una locura.


Pues lo que parece una locura de parte de Dios es una sabiduría más grande que la sabiduría humana. Del mismo modo, lo que parece una debilidad de Dios es una fuerza más grande que la fuerza humana.


Por lo tanto, si alguien piensa que está firme y no va a pecar, tenga cuidado, pues podría caer.


El que no tiene el Espíritu no acepta lo que el Espíritu de Dios revela, pues le parece una locura. No puede entenderlo, porque solo los que tienen el Espíritu lo entienden.


Es más, cuando me presenté ante ustedes, me sentía sin importancia y temblaba de miedo.


Que nadie se engañe. Si alguno de ustedes cree que lo sabe todo en este mundo, mejor piense que es un ignorante para que llegue a ser sabio de verdad.


Les hablé con palabras sencillas, como quien alimenta con leche a un niño que aún no puede comer alimento fuerte. La verdad es que ni aún hoy pueden recibir una enseñanza fuerte,


¡Ustedes creen que ya tienen todo lo que desean! ¡Se creen ricos! ¡Piensan que han llegado a ser reyes sin necesidad de nosotros! ¡Ojalá fueran de veras reyes para que también nosotros reináramos con ustedes!


Hay algunos que dicen: «Sus cartas son duras y fuertes, pero él en persona no impresiona a nadie, y como predicador es un fracaso».


Ustedes son muy sabios, pero de buena gana aguantan a los locos.


Cuando alguien se siente débil, ¿no comparto yo su debilidad? ¿Acaso no ardo de enojo cuando se hace pecar a otro?


De hecho, nos alegramos cuando nosotros somos débiles y ustedes, fuertes. También oramos a Dios para que sean completamente fortalecidos.


Así que, mientras nosotros vamos muriendo, ustedes van obteniendo vida eterna.


A veces nos tratan con respeto y otras veces nos ofenden. Algunos hablan bien de nosotros y otros hablan mal. Somos sinceros, pero nos dicen mentirosos.


Por tanto, el que rechaza estas instrucciones no rechaza a un hombre, sino a Dios, quien les da a ustedes su Espíritu Santo.


Dichosos ustedes si los insultan por ser fieles a Cristo. Eso significa que el glorioso Espíritu de Dios está en ustedes.


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