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1 Corintios 3:8 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

8 El que siembra y el que riega están al mismo nivel, aunque cada uno será recompensado según su propio trabajo.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

8 Y el que planta y el que riega son una misma cosa; aunque cada uno recibirá su recompensa conforme a su labor.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

8 El que planta y el que riega trabajan en conjunto con el mismo propósito. Y cada uno será recompensado por su propio arduo trabajo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 El que planta y el que riega están en la misma situación, y Dios pagará a cada uno según su trabajo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 Y el que planta y el que riega son una sola cosa, aunque cada uno recibirá su recompensa conforme a su labor.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 El que planta y el que riega son una misma cosa; eso sí, cada uno recibirá el salario a la medida de su trabajo.

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1 Corintios 3:8
25 Referencias Cruzadas  

Porque el Hijo del hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces recompensará a cada persona según lo que haya hecho.


El rey le respondió: “A ti te pongo sobre cinco ciudades”.


Porque Dios «le dará a cada uno lo que se merece, según lo que haya hecho».


Por lo tanto, mis queridos hermanos en la fe, sigan confiando en el Señor, cada vez con más fuerza. Sigan trabajando para el Señor cada vez más y más, recordando que su trabajo para él tiene un gran valor.


Si lo que alguien ha construido permanece, recibirá su recompensa.


Así que no cuenta ni el que siembra ni el que riega, sino solo Dios, quien es el que hace crecer.


En efecto, nosotros somos ayudantes al servicio de Dios. Y ustedes son como un campo sembrado que pertenece a Dios. Ustedes son como un edificio construido por él.


Ustedes podrían tener diez mil maestros que les enseñen acerca de Cristo, pero no tienen a muchos que los cuiden como lo hace un padre. Pues, cuando les anuncié el mensaje de la buena noticia y ustedes creyeron en Cristo Jesús, llegué a ser como un padre para ustedes.


¿Qué soldado presta servicio militar pagándose sus propios gastos? ¿Qué agricultor planta un viñedo y no come de sus uvas? ¿Qué pastor cuida un rebaño y no toma de la leche que ordeña?


Todos deben examinar su propia conducta y, si tienen algo de qué sentirse orgullosos, está bien, pero no se comparen con nadie.


Que cada uno se haga responsable de su propia conducta.


Porque Dios no es injusto como para olvidarse de lo que ustedes han hecho y del amor que le tienen él. Amor que ustedes le han demostrado al haber servido, y seguir sirviendo, a los creyentes.


Así, cuando aparezca Cristo, el Pastor supremo, ustedes recibirán la corona de gloria, la cual durará para siempre.


Tengan cuidado, no sea que se eche a perder todo lo que hemos logrado con nuestro trabajo, y entonces ustedes se pierdan de recibir la recompensa completa.


A los hijos de esa mujer los heriré de muerte. Así sabrán todas las iglesias que yo soy el que conoce a fondo la mente y el corazón. A cada uno de ustedes lo trataré de acuerdo con sus acciones.


«¡Miren que vengo pronto! Traigo conmigo la recompensa, y premiaré a cada uno según lo que haya hecho.


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