Biblia Todo Logo
La Biblia Online

- Anuncios -





1 Corintios 13:3 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

3 Si repartiera entre los pobres todo lo que tengo, y si entregara mi cuerpo para ser torturado y tener de qué sentirme orgulloso, pero no tengo amor, nada gano con eso.

Ver Capítulo Copiar


Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

3 Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Si diera todo lo que tengo a los pobres y hasta sacrificara mi cuerpo, podría jactarme de eso; pero si no amara a los demás, no habría logrado nada.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Aunque repartiera todo lo que poseo e incluso sacrificara mi cuerpo, pero para recibir alabanzas y sin tener el amor, de nada me sirve.

Ver Capítulo Copiar

La Biblia Textual 3a Edicion

3 Y aun si repartiera todas mis posesiones,° y entregara mi cuerpo para gloriarme,° y no tuviera amor, de nada me sirve.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Y si doy en limosnas todo lo que tengo, y entrego mi cuerpo a las llamas, pero no tengo amor, de nada me sirve.

Ver Capítulo Copiar




1 Corintios 13:3
22 Referencias Cruzadas  

Nadie tiene amor más grande que el dar la vida por sus amigos.


»Todo lo hacen para que la gente los vea: Usan en la frente y en los brazos porciones de las Escrituras escritas en anchas cintas, y ponen en sus ropas adornos llamativos.


No dejemos que el orgullo nos domine provocando peleas y envidias entre nosotros.


―Mira —le dijo Pedro—, nosotros hemos dejado todo lo que teníamos para seguirte.


No hagan caso de ninguna clase de enseñanzas extrañas. Lo mejor es fortalecer el corazón con el amor inmerecido de Dios y no con reglas sobre alimentos. Esas reglas en nada ayudan a quienes las siguen.


pues, aunque el ejercicio físico trae algún provecho, amar a Dios es mejor. Pues quien ama a Dios ve cumplidas las promesas de Dios en esta vida presente, y también en la vida eterna.


Preferían recibir honores de los hombres más que de parte de Dios.


Al oír esto, Jesús añadió: ―Todavía te falta una cosa: vende todo lo que tienes y repártelo entre los pobres, y tendrás tesoro en el cielo. Luego ven y sígueme.


―¿Por qué lloran? ¡Me parten el corazón! —respondió Pablo—. Por el nombre del Señor Jesús estoy dispuesto no solo a ser atado, sino también a morir en Jerusalén.


―Señor —insistió Pedro—, ¿por qué no puedo seguirte ahora? Por ti daré hasta la vida.


El Espíritu da vida; la carne no vale para nada. Las palabras que les he hablado son espíritu y son vida.


Pero Zaqueo se puso de pie y dijo: ―Mira, Señor: Ahora mismo voy a dar a los pobres la mitad de mis bienes. Y, si en algo he robado a alguien, le devolveré cuatro veces la cantidad que sea.


No hagan nada por egoísmo o por orgullo. Más bien, con humildad consideren a los demás como superiores a ustedes mismos.


Síguenos en:

Anuncios


Anuncios