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1 Corintios 1:7 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

7 Por eso ahora no les falta ninguna capacidad espiritual, y pueden esperar con gran anhelo que vuelva nuestro Señor Jesucristo.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

7 de tal manera que nada os falta en ningún don, esperando la manifestación de nuestro Señor Jesucristo;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

7 Ahora tienen todos los dones espirituales que necesitan mientras esperan con anhelo el regreso de nuestro Señor Jesucristo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

7 No les falta ningún don espiritual y sólo esperan la venida gloriosa de Cristo Jesús, nuestro Señor.

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La Biblia Textual 3a Edicion

7 de tal manera que nada os falta en ningún don, aguardando la manifestación de nuestro Señor Jesús, el Mesías;

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

7 Así, pues, no carecéis de ningún don vosotros, los que esperáis la manifestación de nuestro Señor Jesucristo;

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1 Corintios 1:7
25 Referencias Cruzadas  

»El reino de los cielos será entonces como diez jóvenes solteras que tomaron sus lámparas y salieron a recibir al novio.


Pórtense como siervos que esperan a que regrese su señor de un banquete de boda. Ellos están listos para abrirle la puerta tan pronto como él llegue y toque.


»Así será el día en que regrese el Hijo del hombre.


La creación espera con ansiedad que Dios revele que somos sus hijos.


Y no solo ella, nosotros también sufrimos y nos quejamos. Esperamos nuestra total liberación de nuestro cuerpo, y que así nuestra adopción como hijos sea completa. Pero, mientras tanto, sufrimos. Y sufrimos aunque tenemos al Espíritu, que nos fue dado como adelanto de todo lo que vamos a recibir.


Por lo tanto, no juzguen a nadie antes de tiempo. Esperen hasta que venga el Señor. Él sacará a la luz lo que está oculto en la oscuridad y pondrá al descubierto las intenciones de cada corazón. Entonces cada uno recibirá de Dios la alabanza que le corresponda.


Solo hay una diferencia en mi trato con todas las iglesias, que a ustedes nunca les pedí dinero para mis necesidades. ¡Perdónenme si los ofendo!


Pero nosotros sabemos que el Espíritu y la fe que tenemos en Cristo nos dan la seguridad de que Dios nos aceptará como justos.


En cambio, nosotros somos ciudadanos del cielo, de donde esperamos que el Señor Jesucristo, nuestro Salvador, vuelva.


Cuando Cristo, que les ha dado vida a ustedes, vuelva otra vez, ustedes le acompañarán y compartirán su gloria.


Nos contaron que ahora esperan que Jesús regrese del cielo. Dios fue quien resucitó a su Hijo, y su Hijo nos libra del castigo que vendrá sobre los pecadores.


Y a ustedes que sufren, les dará descanso, lo mismo que a nosotros. Esto sucederá cuando el Señor Jesús regrese, cuando aparezca en el cielo entre llamas de fuego, con sus poderosos ángeles.


Por lo demás me espera la corona de justicia que el Señor, el juez justo, me dará en aquel día. Me la dará a mí y a todo el que con amor haya esperado su venida.


Viviremos de esa manera mientras esperamos que se cumpla la bendita promesa en la cual confiamos, es decir, la gloriosa venida de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo.


De igual manera, Cristo fue ofrecido en sacrificio una sola vez para quitar los pecados de muchos. Después aparecerá por segunda vez. Pero ya no vendrá para morir por el pecado de alguno, sino para traer salvación a quienes esperan su regreso.


Por eso, prepárense para actuar con inteligencia. Tengan dominio propio. Pongan su confianza completamente en la salvación que se les dará cuando regrese Jesucristo.


Al contrario, alégrense de compartir los sufrimientos de Cristo. Pues, cuando Cristo aparezca en su gloria, la alegría de ustedes será inmensa.


Así, cuando aparezca Cristo, el Pastor supremo, ustedes recibirán la corona de gloria, la cual durará para siempre.


y esperando ansiosamente que llegue el día en que Dios juzgue el mundo. Ese día los cielos serán destruidos por el fuego, y todo lo que existe se derretirá con el calor de las llamas.


Queridos hermanos en la fe, ya somos hijos de Dios. Sin embargo, todavía no se nos ha mostrado todo lo que llegaremos a ser. Lo que sí sabemos es que cuando Cristo venga seremos como él es, porque lo veremos tal como él es.


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