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1 Corintios 1:12 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

12 Me refiero a que unos dicen: «Yo soy seguidor de Pablo»; otros afirman: «Yo sigo a Apolos»; otros: «Yo, a Pedro»; y aún otros: «Yo, a Cristo».

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

12 Quiero decir, que cada uno de vosotros dice: Yo soy de Pablo; y yo de Apolos; y yo de Cefas; y yo de Cristo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

12 Algunos de ustedes dicen: «Yo soy seguidor de Pablo». Otros dicen: «Yo sigo a Apolos» o «Yo sigo a Pedro», o «Yo sigo únicamente a Cristo».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

12 Yo soy de Apolo, o 'Yo soy de Cefas', o 'Yo soy de Cristo'.

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La Biblia Textual 3a Edicion

12 Y quiero decir esto: que cada uno de vosotros dice: Yo, ciertamente soy de Pablo, yo de Apolos,° yo de Cefas, yo del Mesías.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

12 Me refiero a que cada uno de vosotros dice: 'Yo soy de Pablo'; 'Yo de Apolo'; 'Yo de Cefas'; 'Yo de Cristo'.

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1 Corintios 1:12
20 Referencias Cruzadas  

»Pero no permitan que a ustedes se les llame “Maestro”, porque tienen un solo Maestro y todos ustedes son hermanos.


Luego lo llevó a Jesús, quien, mirándolo fijamente, le dijo: ―Tú eres Simón, hijo de Juan. Serás llamado Cefas (es decir, Pedro).


Por aquel tiempo llegó a Éfeso un judío llamado Apolos, nacido en Alejandría. Era un hombre educado y convencía a la gente, pues conocía bien las Escrituras.


Mientras Apolos estaba en Corinto, Pablo recorrió las regiones montañosas y llegó a Éfeso. Allí encontró a algunos discípulos.


Digo esto, hermanos en la fe, porque algunos de la familia de Cloé me han informado que hay rivalidades entre ustedes.


Resucitó y se apareció a Pedro y luego a los doce apóstoles.


Les digo, hermanos en la fe, que el cuerpo material no puede formar parte del reino de Dios. El cuerpo que se descompone al morir no puede ser parte de un reino que vive para siempre.


En cuanto a Apolos, nuestro hermano en la fe, le rogué insistentemente que en compañía de otros creyentes les hiciera una visita. No quiso de ninguna manera ir ahora, pero lo hará cuando se le presente la oportunidad.


Hermanos en la fe, he hablado de Apolos y de mí mismo para que ustedes me entiendan mejor. Si siguen nuestro ejemplo, aprenderán aquello de «no ir más allá de lo que dicen las Escrituras». Así ninguno de ustedes podrá sentirse orgulloso afirmando que uno es mejor que el otro.


Lo que quiero decir, mis hermanos en la fe, es que nos queda poco tiempo. De aquí en adelante los que tienen esposa deben vivir como si no la tuvieran.


¿No tenemos derecho a viajar acompañados por una esposa creyente? ¿Acaso no es eso lo que hacen los demás apóstoles, los hermanos del Señor y Pedro?


Ustedes se dejan guiar por lo que ven. Si alguno está convencido de ser de Cristo, piénselo bien, pues nosotros también somos de Cristo.


Recuerden esto: El que siembra poco, poco cosechará, y el que siembra mucho, mucho cosechará.


En efecto, Santiago, Pedro y Juan, que eran considerados líderes importantes, reconocieron que Dios, aunque yo no lo merecía, me escogió. Entonces nos dieron la mano a Bernabé y a mí aceptándonos como compañeros. Y acordamos que nosotros iríamos a los no judíos y ellos a los judíos.


Lo que quiero decir es esto: La Ley, que vino cuatrocientos treinta años después, no elimina el pacto que Dios ya había confirmado. Si lo hubiera hecho, la promesa no tendría valor.


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