Biblia Todo Logo
La Biblia Online
- Anuncios -





Rut 3:9 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

9 —¿Quién eres? —preguntó. —Soy Rut, su sierva. Extienda sobre mí el borde de su manto, ya que usted es un pariente que me puede redimir.

Ver Capítulo Copiar


Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

9 Entonces él dijo: ¿Quién eres? Y ella respondió: Yo soy Rut tu sierva; extiende el borde de tu capa sobre tu sierva, por cuanto eres pariente cercano.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Nueva Traducción Viviente

9 —¿Quién eres? —preguntó. —Soy Rut, su sierva —contestó ella—. Extienda sobre mí el borde de su manto ya que usted es el redentor de mi familia.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Católica (Latinoamericana)

9 Como le preguntara quién era, ella le respondió: 'Soy Rut, tu sirvienta. Tápame con tu manta, pues tú debes rescatarme.

Ver Capítulo Copiar

La Biblia Textual 3a Edicion

9 Entonces él dijo: ¿Quién eres tú? Y ella respondió: Soy Rut, tu sierva; extiende el borde de tu manto° sobre tu sierva, porque redentor° mío eres.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 Él le preguntó: '¿Quién eres tú?'. Ella le respondió: 'Yo soy Rut, tu sierva; extiende sobre tu sierva el borde de tu manto, porque eres el que tiene derecho de rescate'.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

9 Entonces él dijo: ¿Quién eres? Y ella respondió: Yo soy Ruth tu sierva; extiende el borde de tu capa sobre tu sierva, por cuanto eres pariente redentor.

Ver Capítulo Copiar




Rut 3:9
10 Referencias Cruzadas  

»”Tiempo después pasé de nuevo junto a ti y te miré. Estabas en la edad del amor. Entonces te extendí mi manto y cubrí tu desnudez. Me comprometí, hice alianza contigo y fuiste mía, afirma el Señor y Dios.


Porque todo el que a sí mismo se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido.


—¡Que el Señor lo bendiga! —exclamó Noemí delante de su nuera—. El Señor no ha dejado de mostrar su fiel amor hacia los vivos y los muertos. Ese hombre es nuestro pariente cercano; es uno de los parientes que nos pueden redimir.


—Que el Señor te bendiga, hija mía. Esta nueva muestra de lealtad de tu parte supera la anterior, ya que no has ido en busca de hombres jóvenes, sean ricos o pobres.


Ahora bien, aunque es cierto que soy un pariente que puede redimirte, hay otro más cercano que yo.


A medianoche Booz se despertó sobresaltado y, al darse vuelta, descubrió que había una mujer acostada a sus pies.


Consideré que debía informarte del asunto y sugerirte que lo compres en presencia de estos testigos y de los jefes de mi pueblo. Si vas a comprar el terreno, hazlo. Pero si no lo vas a comprar, dímelo, para que yo lo sepa. Porque ningún otro tiene el derecho de redimirlo, sino tú y, después de ti, yo tengo ese derecho. —Yo lo redimo —contestó.


—Entonces no puedo redimirlo —respondió el pariente redentor—, porque podría perjudicar mi propia herencia. Redímelo tú; te cedo mi derecho. Yo no puedo ejercerlo.


Ella se inclinó y, postrándose rostro en tierra, dijo: —Soy la sierva de David y estoy para servirle. Incluso estoy dispuesta a lavarles los pies a sus criados.


Síguenos en:

Anuncios


Anuncios


¡Síguenos en WhatsApp! Síguenos