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Números 24:9 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

9 Se agacha como un león, se tiende como una leona: ¿quién se atreverá a despertarlo? »¡Benditos sean los que te bendigan! ¡Malditos sean los que te maldigan!».

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

9 Se encorvará para echarse como león, Y como leona; ¿quién lo despertará? Benditos los que te bendijeren, Y malditos los que te maldijeren.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

9 Como un león, Israel se agazapa y se tiende; como a una leona, ¿quién se atreve a despertarla? Bendito todo el que te bendice, oh Israel, y maldito todo el que te maldice».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

9 Se agacha, se acuesta como un león, como una leona: ¿quién lo hará levantarse? Benditos sean los que te bendicen, malditos sean los que te maldicen.

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La Biblia Textual 3a Edicion

9 Se agazapa, se echa cual león,° Y como leona, ¿quién lo hará despertar? ¡Benditos los que te bendigan, Y malditos los que te maldigan!°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 Se agazapa, se recuesta como león, como leona. ¿Quién lo levantará? Benditos serán los que a ti te bendigan, malditos los que a ti te maldigan'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

9 Se agazapa, se echa como león, y como gran león; ¿quién lo despertará? Benditos los que te bendijeren, y malditos los que te maldijeren.

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Números 24:9
21 Referencias Cruzadas  

Bendeciré a los que te bendigan y maldeciré a los que te maldigan; ¡por medio de ti serán bendecidas todas las familias de la tierra!».


Que te sirvan los pueblos; que se postren ante ti las naciones. Que seas señor de tus hermanos; que se postren ante ti los hijos de tu madre. Maldito sea el que te maldiga y bendito el que te bendiga».


Mi hijo Judá es como un cachorro de león que se ha nutrido de la presa. Se agacha como un león, se tiende como una leona: ¿quién se atreverá a despertarlo?


y doce leones de pie sobre los seis peldaños, uno en cada extremo. En ningún otro reino se había hecho algo semejante.


El trono tenía seis peldaños, un estrado de oro, brazos a cada lado del asiento, dos leones de pie junto a los brazos


Y contó a su esposa Zeres y a sus amigos todo lo que había sucedido. Entonces sus consejeros y su esposa Zeres dijeron: —Si Mardoqueo, ante quien has comenzado a caer, es de origen judío, no podrás contra él. ¡Sin duda acabarás siendo derrotado!


No hay quien se atreva siquiera a provocarlo. ¿Quién, pues, podría hacerme frente?


Pidan por la paz de Jerusalén: «Que vivan en paz los que te aman.


Besen al hijo, no sea que se enoje y sean ustedes destruidos en el camino, pues su ira se inflama de repente. ¡Dichosos los que en él buscan refugio!


Si lo obedeces y cumples con todas mis instrucciones, seré enemigo de tus enemigos y me opondré a quienes se te opongan.


Porque así me dice el Señor: «Como león que gruñe sobre la presa cuando contra él se reúne toda una cuadrilla de pastores; como cachorro de león que no se asusta por sus gritos ni se inquieta por su tumulto, así también el Señor de los Ejércitos descenderá para combatir sobre el monte Sión, sobre su cumbre.


El remanente de Jacob será, entre las naciones, en medio de muchos pueblos, como un león entre los animales del bosque, como un leoncillo entre las ovejas del rebaño, que al pasar las pisotea y las desgarra sin que nadie pueda rescatarlas.


Pero Dios dijo a Balán: —No irás con ellos ni pronunciarás ninguna maldición sobre los israelitas, porque son un pueblo bendito.


Te ruego que vengas y maldigas por mí a este pueblo, porque es más poderoso que yo. Tal vez así pueda yo vencerlos y echarlos fuera del país. Yo sé que a quien tú bendices queda bendito y a quien tú maldices queda maldito».


Un pueblo se alza como leona; se levanta como león. No descansará hasta haber devorado su presa y bebido la sangre de sus víctimas».


Entonces la ira de Balac se encendió contra Balán, y chasqueando los dedos le dijo: —Te mandé llamar para que maldijeras a mis enemigos, ¡y estas tres veces no has hecho sino bendecirlos!


El Rey les responderá: “Les aseguro que todo lo que hicieron por uno de mis hermanos, aun por el más pequeño, lo hicieron por mí”.


Él responderá: “Les aseguro que todo lo que no hicieron por el más pequeño de mis hermanos, tampoco lo hicieron por mí”.


—¿Quién eres, Señor? —preguntó. —Yo soy Jesús, a quien tú persigues —contestó la voz—.


Además, el Señor tu Dios hará que todas estas maldiciones caigan sobre tus enemigos, los cuales te odian y persiguen.


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