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Números 23:9 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

9 Desde la cima de las peñas lo veo; desde las colinas lo contemplo: es un pueblo que vive apartado, que no se cuenta entre las naciones.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

9 Porque de la cumbre de las peñas lo veré, Y desde los collados lo miraré; He aquí un pueblo que habitará confiado, Y no será contado entre las naciones.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

9 Desde las cimas del precipicio los veo; los miro desde las colinas. Veo a un pueblo que vive aislado, apartado de las otras naciones.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

9 ¡Lo veo de lo alto de los riscos y lo contemplo de lo alto de las colinas: ese pueblo vive aparte no se lo puede contar entre las naciones!

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La Biblia Textual 3a Edicion

9 En verdad, desde la cumbre de las peñas lo contemplo, Desde los collados lo diviso: Ve ahí un pueblo que mora aparte, Y entre las naciones no será contado.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 Desde la cima de las rocas lo veo; desde lo alto de las colinas lo contemplo. Es un pueblo que habita aparte, que no es contado entre las naciones.

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Números 23:9
15 Referencias Cruzadas  

¡Vive seguro, Israel! ¡Habita sin enemigos, fuente de Jacob! Tu tierra está llena de trigo y de vino nuevo; tus cielos destilan rocío.


Cuando el Altísimo dio su herencia a las naciones, cuando dividió a toda la humanidad, estableció límites a los pueblos según el número de los hijos de Israel.


Si no vienes con nosotros, ¿cómo vamos a saber, tu pueblo y yo, que contamos con tu favor? ¿En qué seríamos diferentes de los demás pueblos de la tierra?


Entonces Amán dijo al rey Asuero: —Hay cierto pueblo disperso y separado entre los pueblos de todas las provincias del reino, cuyas leyes y costumbres son diferentes de las de todos los demás. ¡No obedecen las leyes del reino y a Su Majestad no le conviene tolerarlos!


De entre las mujeres de esos pueblos han tomado esposas para sí mismos y para sus hijos, mezclando así el linaje santo con la de los pueblos vecinos. Y los primeros en cometer tal infidelidad han sido los líderes y los oficiales».


Pero ustedes son descendencia escogida, sacerdocio regio, nación santa, pueblo que pertenece a Dios, para que proclamen las obras maravillosas de aquel que los llamó de las tinieblas a su luz admirable.


Él se entregó por nosotros para rescatarnos de toda maldad y purificar para sí un pueblo elegido, dedicado a hacer el bien.


Por tanto, el Señor añade: «¡Salgan de en medio de ellos y apártense! No toquen nada impuro y yo los recibiré».


«Daré la orden de sacudir al pueblo de Israel entre todas las naciones, como se sacude el trigo en una zaranda, sin que caiga a tierra ni un solo grano.


Tú, Jacob, siervo mío, no temas, porque yo estoy contigo», afirma el Señor. «Aunque aniquile a todas las naciones por las que te he dispersado, a ti no te aniquilaré. Te corregiré con justicia, pero no te dejaré sin castigo».


»¡Levántense y ataquen a esta nación indolente que vive del todo confiada, nación que no tiene puertas ni cerrojos y que vive muy aislada!», afirma el Señor.


Pastorea con tu cayado a tu pueblo, al rebaño de tu propiedad, que habita solitario en el bosque, en medio de un campo fértil. Hazlo pastar en Basán y en Galaad como en los tiempos pasados.


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