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Números 14:11 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

11 Entonces el Señor dijo a Moisés: —¿Hasta cuándo esta gente me seguirá menospreciando? ¿Hasta cuándo se negarán a creer en mí, a pesar de todas las maravillas que he hecho entre ellos?

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

11 y Jehová dijo a Moisés: ¿Hasta cuándo me ha de irritar este pueblo? ¿Hasta cuándo no me creerán, con todas las señales que he hecho en medio de ellos?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 Y el Señor le dijo a Moisés: «¿Hasta cuándo me despreciará este pueblo? ¿Nunca me creerán, aun después de todas las señales milagrosas que hice entre ellos?

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 Yavé dijo a Moisés: '¿Hasta cuándo me va a seguir menospreciando este pueblo? ¿Hasta cuándo va a tener poca confianza en mí después de todos los prodigios que he hecho en medio de él?'

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 y YHVH dijo a Moisés: ¿Hasta cuándo me despreciará este pueblo? ¿Hasta cuándo se negará a creer en mí, con todos los prodigios que he obrado en su seno?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 Y Yahveh dijo a Moisés: '¿Hasta cuándo me va a menospreciar este pueblo? ¿Hasta cuándo va a desconfiar de mí, a pesar de todos los prodigios que he obrado en medio de ellos?

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

11 Y Jehová dijo a Moisés: ¿Hasta cuándo me ha de irritar este pueblo? ¿Hasta cuándo no me ha de creer con todas las señales que he hecho en medio de ellos?

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Números 14:11
29 Referencias Cruzadas  

Despreciaron una tierra apetecible; no creyeron en la promesa de Dios.


Porque no confiaron en Dios ni creyeron que él los salvaría.


A pesar de todo, siguieron pecando y no creyeron en sus maravillas.


no endurezcan sus corazones, como en Meribá, como aquel día en Masá, en el desierto,


Moisés y Aarón se presentaron ante el faraón y le advirtieron: «Así dice el Señor y Dios de los hebreos: “¿Hasta cuándo te opondrás a humillarte en mi presencia? Deja ir a mi pueblo para que me rinda culto.


así que el Señor dijo a Moisés: «¿Hasta cuándo seguirán desobedeciendo mis mandamientos e instrucciones?


Préstale atención y obedécelo. No te rebeles contra él, porque va en representación mía y no perdonará tu rebelión.


»Ya me he dado cuenta de que este es un pueblo terco —añadió el Señor, dirigiéndose a Moisés—.


«¿Hasta cuándo, muchachos inexpertos, seguirán aferrados a su inexperiencia? ¿Hasta cuándo, ustedes los insolentes, se complacerán en su insolencia? ¿Hasta cuándo, ustedes los necios, aborrecerán el conocimiento?


Este pueblo malvado, que se niega a obedecerme, que sigue la terquedad de su corazón y va tras otros dioses para servirlos y adorarlos, será como este cinturón, que no sirve para nada.


Jerusalén, limpia de maldad tu corazón para que seas salvada. ¿Hasta cuándo hallarán lugar en ti los pensamientos perversos?


»”Pero el pueblo de Israel se rebeló contra mí en el desierto; no siguió mis estatutos y rechazó mis leyes, que son vida para quienes los obedecen. Y profanaron gravemente mis sábados. Por eso, cuando estaban en el desierto, pensé descargar mi ira sobre ellos y exterminarlos.


Samaria, ¡arroja el becerro que tienes por ídolo! Contra ustedes se ha encendido mi ira. ¿Hasta cuándo serán incapaces de purificarse?


»Así dice el Señor de los Ejércitos: “Cuando sus antepasados me hicieron enojar, yo decidí destruirlos sin ninguna compasión”, afirma el Señor de los Ejércitos.


verá jamás la tierra que, bajo juramento, prometí dar a sus antepasados. ¡Ninguno de los que me despreciaron la verá!


—¿Hasta cuándo ha de murmurar contra mí esta perversa comunidad? Ya he escuchado cómo se quejan contra mí los israelitas.


Ese día el Señor se encendió en ira y juró:


—¡Ah, generación incrédula y malvada! —respondió Jesús—. ¿Hasta cuándo tendré que estar con ustedes? ¿Hasta cuándo tendré que soportarlos? Tráiganme acá al muchacho.


—¡Ah, generación incrédula! —respondió Jesús—. ¿Hasta cuándo tendré que estar con ustedes? ¿Hasta cuándo tendré que soportarlos? Tráiganme al muchacho.


Pero aunque no me crean a mí, si las hago, crean a mis obras, para que sepan y entiendan que el Padre está en mí y que yo estoy en el Padre.


A pesar de haber hecho Jesús todas estas señales en presencia de ellos, todavía no creían en él.


Si yo no hubiera hecho entre ellos las obras que ningún otro antes ha realizado, no serían culpables de pecado. Pero ahora las han visto y, sin embargo, a mí y a mi Padre nos han aborrecido.


A pesar de eso, ninguno de ustedes confió en el Señor su Dios,


Ahora bien, ¿quiénes fueron los que oyeron y se rebelaron? ¿No fueron acaso todos los que salieron de Egipto guiados por Moisés?


¿Y a quiénes juró Dios que jamás entrarían en su reposo, sino a los que desobedecieron?


no endurezcan sus corazones como sucedió en la rebelión, en aquel día de prueba en el desierto.


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