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Números 10:17 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

17 Entonces se desmontó el santuario, y los guersonitas y meraritas que lo transportaban se pusieron en marcha.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

17 Después que estaba ya desarmado el tabernáculo, se movieron los hijos de Gersón y los hijos de Merari, que lo llevaban.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

17 Después se desarmó el tabernáculo, y las siguientes en ponerse en marcha fueron las divisiones gersonitas y meraritas, de los levitas, llevando consigo el tabernáculo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

17 Entonces fue desmontada la Morada y partieron los hijos de Guersón y los de Merarí, llevándola.

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La Biblia Textual 3a Edicion

17 Entonces el Tabernáculo fue desarmado, y los hijos de Gersón y los hijos de Merari se pusieron en marcha cargando el Tabernáculo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

17 Desmontada la tienda, se pusieron en marcha los hijos de Guersón y los hijos de Merarí, llevando la tienda.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

17 Y el tabernáculo fue desarmado; y los hijos de Gersón y los hijos de Merari, partieron llevando el tabernáculo.

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Números 10:17
11 Referencias Cruzadas  

Estos fueron los descendientes de Leví por sus familias patriarcales. El censo los registró por nombre como jefes de sus familias patriarcales. Estos prestaban servicio en el Templo del Señor y eran mayores de veinte años.


Cuando haya que trasladar el santuario, los levitas se encargarán de desarmarlo; cuando haya que instalarlo, serán ellos quienes lo armen. Pero cualquiera que se acerque al santuario y no sea sacerdote será condenado a muerte.


Eliab, hijo de Helón, comandaba el escuadrón de la tribu de Zabulón.


Luego partieron los coatitas, que llevaban las cosas sagradas. El santuario se levantaba antes de que ellos llegaran al próximo lugar de campamento.


Puesto que nosotros estamos recibiendo un reino inconmovible, seamos agradecidos. Inspirados por esta gratitud, adoremos a Dios como a él le agrada, con temor reverente,


Pero Cristo, al presentarse como sumo sacerdote de los bienes definitivos en el santuario más excelente y perfecto, no hecho por manos humanas (es decir, que no es de esta creación),


porque sé que dentro de poco tendré que abandonarlo, según me lo ha manifestado nuestro Señor Jesucristo.


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