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Lucas 7:24 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

24 Cuando se fueron los enviados, Jesús comenzó a hablarle a la multitud acerca de Juan: «¿Qué salieron a ver al desierto? ¿Una caña sacudida por el viento?

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

24 Cuando se fueron los mensajeros de Juan, comenzó a decir de Juan a la gente: ¿Qué salisteis a ver al desierto? ¿Una caña sacudida por el viento?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

24 Después de que los discípulos de Juan se fueron, Jesús comenzó a hablar acerca de él a las multitudes. «¿A qué clase de hombre fueron a ver al desierto? ¿Acaso era una caña débil sacudida por la más leve brisa?

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Biblia Católica (Latinoamericana)

24 Los mensajeros se fueron, y Jesús empezó a hablar de Juan a la gente: 'Cuando ustedes salieron al desierto, ¿qué iban a ver? ¿Una caña agitada por el viento?'

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La Biblia Textual 3a Edicion

24 Cuando los mensajeros de Juan se marcharon, comenzó a decir a las multitudes acerca de Juan: ¿Qué salisteis a ver en el desierto? ¿Una caña sacudida por el viento?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

24 Cuando los enviados de Juan se fueron, comenzó él a hablar de Juan a la gente: '¿Qué salisteis a ver al desierto: una caña agitada por el viento?

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

24 Y cuando se fueron los mensajeros de Juan, comenzó a decir de Juan a las gentes: ¿Qué salisteis a ver al desierto? ¿Una caña que es agitada por el viento?

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Lucas 7:24
14 Referencias Cruzadas  

Impetuoso como un torrente, ya no serás el primero: te acostaste en mi cama; profanaste la cama de tu propio padre.


El niño crecía y se fortalecía en espíritu; y vivió en el desierto hasta el día en que se presentó públicamente al pueblo de Israel.


el sumo sacerdocio lo ejercían Anás y Caifás. En aquel entonces, la palabra de Dios llegó a Juan, hijo de Zacarías, en el desierto.


Dichoso el que no tropieza por causa mía.


Si no, ¿qué salieron a ver? ¿A un hombre vestido con ropa fina? Claro que no, pues los que se visten ostentosamente y llevan una vida de lujo están en los palacios reales.


Juan respondió con las palabras del profeta Isaías: —“Yo soy la voz de uno que grita en el desierto: ‘Enderecen el camino para el Señor’ ”.


Así ya no seremos niños, zarandeados por las olas y llevados de aquí para allá por todo viento de enseñanza y por la astucia y las artimañas de quienes emplean métodos engañosos.


Estos individuos son fuentes sin agua, niebla empujada por la tormenta, para quienes está reservada la más densa oscuridad.


Así que ustedes, queridos hermanos, puesto que ya saben esto de antemano manténganse alertas, no sea que, arrastrados por el error de esos libertinos, pierdan la estabilidad y caigan.


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