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Lucas 3:14 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

14 —Y nosotros, ¿qué debemos hacer? —preguntaron unos soldados. Y les dijo: —No extorsionen a nadie ni hagan denuncias falsas; más bien confórmense con lo que les pagan.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

14 También le preguntaron unos soldados, diciendo: Y nosotros, ¿qué haremos? Y les dijo: No hagáis extorsión a nadie, ni calumniéis; y contentaos con vuestro salario.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

14 —¿Qué debemos hacer nosotros? —preguntaron algunos soldados. Juan les contestó: —No extorsionen ni hagan falsas acusaciones, y estén satisfechos con su salario.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

14 A su vez, unos soldados le preguntaron: 'Y nosotros, ¿qué debemos hacer?' Juan les contestó: 'No abusen de la gente, no hagan denuncias falsas y conténtense con su sueldo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

14 Le preguntaron también los soldados, diciendo: Y nosotros, ¿qué hemos de hacer? Y les dijo: A nadie atraquéis° ni extorsionéis, sino contentaos con vuestra paga.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

14 También unos soldados le preguntaban: 'Y nosotros, ¿qué tenemos que hacer?'. Y les respondió: 'No hagáis extorsión a nadie ni lo denunciéis falsamente, sino contentaos con vuestra paga'.

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Lucas 3:14
15 Referencias Cruzadas  

No des falso testimonio en contra de tu prójimo.


No digo esto porque esté necesitado, pues he aprendido a estar satisfecho en cualquier situación en que me encuentre.


»No roben. »No mientan. »No engañen a su prójimo.


»No divulgues informes falsos. »No te hagas cómplice del malvado ni apoyes los testimonios del violento.


Pero Zaqueo dijo resueltamente: —Mira, Señor, ahora mismo voy a dar a los pobres la mitad de mis bienes y si en algo he defraudado a alguien, le devolveré cuatro veces la cantidad que sea.


Luego oí en el cielo un gran clamor: «Han llegado ya la salvación y el poder y el reino de nuestro Dios; ha llegado ya la autoridad de su Cristo. Porque ha sido expulsado el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba día y noche delante de nuestro Dios.


A las ancianas, enséñales que sean reverentes en su conducta, y no calumniadoras ni adictas al mucho vino. Deben enseñar lo bueno


para que sean intachables y puros, hijos de Dios sin culpa en medio de una generación torcida y depravada. En ella ustedes brillan como estrellas en el mundo,


Después de que se fue el ángel que le había hablado, Cornelio llamó a dos de sus siervos y a un soldado devoto de los que le servían regularmente.


Al entrar Jesús en Capernaúm, se acercó a él un centurión pidiendo ayuda:


—¿Entonces qué debemos hacer? —preguntaba la gente.


—No cobren más de lo debido —respondió.


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