Biblia Todo Logo
La Biblia Online
- Anuncios -





Lucas 23:41 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

41 En nuestro caso, el castigo es justo, pues sufrimos lo que merecen nuestros delitos; este, en cambio, no ha hecho nada malo.

Ver Capítulo Copiar


Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

41 Nosotros, a la verdad, justamente padecemos, porque recibimos lo que merecieron nuestros hechos; mas este ningún mal hizo.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Nueva Traducción Viviente

41 Nosotros merecemos morir por nuestros crímenes, pero este hombre no ha hecho nada malo».

Ver Capítulo Copiar

Biblia Católica (Latinoamericana)

41 Nosotros lo hemos merecido y pagamos por lo que hemos hecho,

Ver Capítulo Copiar

La Biblia Textual 3a Edicion

41 Porque nosotros, en verdad, justamente padecemos, porque recibimos° cosas dignas de las que hicimos, pero Éste, nada malo° hizo.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Serafín de Ausejo 1975

41 Nosotros con justicia; pues estamos recibiendo lo merecido por nuestras fechorías. Pero éste nada malo ha hecho'.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

41 Y nosotros, a la verdad, justamente padecemos; porque recibimos lo que merecieron nuestros hechos; mas Éste ningún mal hizo.

Ver Capítulo Copiar




Lucas 23:41
19 Referencias Cruzadas  

Estando en tal aflicción, imploró al Señor, Dios de sus antepasados, y se humilló profundamente ante él.


»Después de todo lo que nos ha acontecido por causa de nuestras maldades y de nuestra grave culpa, reconocemos que tú, Dios nuestro, no nos has dado el castigo que merecemos, sino que nos has dejado un remanente.


Permanecieron en su lugar y durante tres horas leyeron el libro de la Ley del Señor su Dios; en las tres horas siguientes confesaron sus pecados y lo adoraron.


»Esta fue la oración y confesión que hice al Señor: »“Señor, Dios grande y temible, que cumples tu pacto de fidelidad con los que te aman y obedecen tus mandamientos:


Mientras Pilato estaba sentado en el tribunal, su esposa le envió el siguiente recado: «No te metas con ese justo, pues, por causa de él, hoy he sufrido mucho en un sueño».


Cuando Pilato vio que no conseguía nada, sino que más bien se estaba formando un tumulto, pidió agua y se lavó las manos delante de la gente. —Soy inocente de la muerte de este hombre —dijo—. ¡Allá ustedes!


—He pecado —dijo—, porque he entregado a la muerte a un inocente. —¿Y eso a nosotros qué nos importa? —respondieron—. ¡Allá tú!


Cuando el centurión y los que con él estaban custodiando a Jesús vieron el terremoto y todo lo que había sucedido, quedaron aterrados y exclamaron: —¡Verdaderamente este era el Hijo de Dios!


Pero el otro criminal lo reprendió: —¿Ni siquiera temor de Dios tienes, aunque sufres la misma condena?


Luego dijo: —Jesús, acuérdate de mí cuando vengas en tu reino.


Ustedes son testigos, y también Dios, de que nos comportamos con ustedes los creyentes en una forma santa, justa e irreprochable.


Así que sométanse a Dios. Resistan al diablo y él huirá de ustedes.


sino con la preciosa sangre de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin defecto.


Cuando proferían insultos contra él, no replicaba con insultos; cuando padecía, no amenazaba, sino que confiaba en aquel que juzga con justicia.


Síguenos en:

Anuncios


Anuncios


¡Síguenos en WhatsApp! Síguenos